Entender mejor la clase media
La gran mayoría de los compatriotas se autopercibe en una mejor situación, pero por qué están incómodos. La clave parece estar en escrutar los sectores emergentes. Deberíamos insistir que buena parte de la solución a los problemas de hoy, pasan por entender a la sociedad nacional, que es profundamente individualista y moderna, no una suma homogénea y predecible.
Un estudio elaborado por Espacio Público en conjunto con Ipsos Chile el año pasado dio cuenta que el 77% de los chilenos se considera de clase media y un 35% de ellos dijo llegar a esa posición después de haber nacido en un hogar de clase baja.
Es probable que en este segmento mayoritario del país estén presentes las claves para entender de la nueva nación que ha emergido como algo desconocido para muchos.
El asunto es tremendo: pocos países han conseguido lo obrado por Chile en los últimos 30 años, pocas naciones han reducido la pobreza desde un 40% a menos de un 10%. Esa transformación implica profundos cambios culturales y no sólo económicos: cambian las sociedades y las personas, porque gatilla en ellos nuevas expectativas, modifica sus sentidos, urgencias, transforma su interpretación de la realidad, del trabajo, del ocio, de la cultura, su relación con el gobierno, con los partidos políticos, con el pasado y el futuro.
Es decir, no se aprecia a sí mismo de la manera en la que estaba cuando sufría las precariedades y tampoco observa de la misma manera, lo que le rodea y sus relaciones con el poder, porque entiende que su esfuerzo personal ha sido la base para llegar donde está, con muy pocos reconociéndoles y entendiendo el valor inmenso de ese salto.
La emergencia de grupos heterogéneos, altamente individualistas, son un fenómeno del Chile moderno, pero cuyo pago parece ser, o es, esa tensión permanente entre la libertad ganada con las mejores condiciones económicas y la ausencia o resta de sentido, por el derrumbe de los mitos que nos acompañaron el siglo pasado. Esta parece ser la tragedia incomprensible de una sociedad más rica, diversa, difícil de leer, incluso para los sectores involucrados, pero que componen el grueso de la sociedad nacional.
Que los sectores medios se muevan hacia la izquierda, a la derecha o se desmovilicen políticamente no puede sorprendernos, precisamente porque ellos no observan desde las superestructuras una real comprensión de quiénes son, hacia dónde quieren ir o a dónde pueden ser llevados.
Esa es otra de las crisis de la política nacional.