Muchas galaxias de disco son tan delgadas como NGC 5866, que se muestra aquí, pero no se ven de canto desde nuestro punto de vista. Clasificada como una galaxia lenticular, NGC 5866 tiene numerosas y complejas líneas de polvo que aparecen oscuras y rojas. Muchas de las estrellas brillantes en el disco le dan un tono subyacente más azul. Crédito: NASA, ESA, The Hubble Heritage Team (STScI/AURA), W. Keel (U. Alabama) y observatorio.info.
Un nuevo estudio describe los descubrimientos sobre el exoplaneta K2-141b, que se encuentra a 202 años luz de la Tierra, en la constelación de Acuario. En K2-141b, la lluvia está formada por rocas, hay un océano de lava de más de 100 km de profundidad y los vientos soplan a una velocidad cuatro veces mayor que el sonido. El exoplaneta es rocoso como la Tierra, pero no es tan amigable con la vida como nuestro hogar.
K2-141b fue descubierto en 2018 por el Telescopio Espacial Kepler, pero solo ahora los investigadores han podido detallar sus características. El planeta orbita tan cerca de su estrella que un año dura menos de siete horas. Su estrella es lo que llamamos de enana naranja, que es considerablemente más fría que el sol, y su luminosidad es tan baja que no podemos observar desde la Tierra.
K2-141b es lo que llamamos "super-Tierra", un planeta rocoso con una masa cinco veces mayor que la Tierra, y por lo tanto tiene una atracción gravitacional en la misma proporción. El planeta está siempre con dos tercios de su superficie expuesta a la luz de su estrella, lo que hace que este lado sea muy caliente, con temperaturas cercanas a los 3.000ºC. Mientras tanto, el lado oscuro del planeta tiene temperaturas bajas, alrededor de -200ºC, lo que resulta en condiciones climáticas extremas. Mientras que en la Tierra tenemos el ciclo del agua, en K2-141b las rocas se evaporan en el lado iluminado del planeta para llover en el lado oscuro, provocando una "lluvia de piedras". Este absurdo cambio de temperatura también genera vientos supersónicos con velocidades en torno a los 5.000 km/h, suficientemente rápidos para transportar nubes de rocas de un lado a otro de la superficie.
Guilherme Couto es astrónomo postdoc del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl
Visible principalmente durante la primera parte de la noche, la Luna estará gibosa crecente antes del lunes 30 de noviembre, para alcanzar a la Luna Llena este día a las 6:30 (horario legal de Chile). Con un cielo abierto sin nubes, los curiosos del cielo y los aficionados de la astronomía pueden todavía contemplar 5 planetas sin ayuda óptica y 2 más con un telescopio suficiente potente. Todavía bien visibles encima del horizonte oeste durante y después del atardecer, Júpiter y Saturno se siguen más y más cercanos, el primer astro siendo todavía más brillante que el segundo. Por otra parte, el planeta Marte permanece visible durante los tres primeros cuartos de la noche. Es todavía brillante y muy fácil a identificar, con su color naranjo. Por otra parte, los planetas Venus, astro aún más brillante que todos los otros, sino el Sol y la Luna, y Mercurio, salen un poco antes del amanecer. Finalmente, Urano y Neptuno se pueden observar durante la mayor parte de la noche. Pero, con la Luna fuerte, sería bien difícil de poder identificar los durante esta semana. Son astros mucho más débiles que los demás planetas, y un cielo oscuro sin contaminación lumínica y sin Luna, un excelente mapa del cielo y un excelente telescopio son indispensables.
Christian Nitschelm es astrónomo del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl