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Nuestras ciudades

La coordinación para conseguir objetivos de manera urgente es fundamental. Nuestra región tiene más posibilidades de resolución que el resto del país. La responsabilidad no es solo del Estado, siendo este un problema público, pero se requiere el aporte y toma de conciencia de la empresa privada y gremios para salir a escuchar a los postergados.
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Nunca habrá una igualdad perfecta, pero la tensión que el fenómeno causa en las sociedades es alta y si no sabe manejarse, aparecen problemas y desencuentros. El asunto involucra expectativas y contención, política, liderazgos y data real.

Las ciudades de la Región de Antofagasta son un ejemplo al ser localidades de paradojas: ricas en ingresos, pero pobres en calidad de vida; con enormes extensiones de suelo fiscal, pero con déficit de viviendas públicas, con salarios altos, pero paupérrimos indicadores de áreas verdes, educación y salud.

Es la zona del país con uno de los mayores cantidades de automóviles per cápita, pero la peor brecha de educación preescolar. Principal zona exportadora y demanda por calidad de vida, aspectos que no colisionan y pueden convivir, tanto en la capital regional, como Calama, Mejillones y Tocopilla.

¿Es insalvable esto? No. Tiene solución, por supuesto, en la medida que se consiga elaborar un plan de desarrollo, escuchar las demandas ciudadanas y tomar conciencia de que se debe asumir un liderazgo para enfrentar las dificultades.

Puede recordarse que el Barómetro 2020 identificó que los habitantes de la región reclaman la construcción de parques, plazas, es decir, bienes de uso público. Es difícil encontrar algo más categórico que aquello y también más revelador.

La mayoría de estos desafíos urbanos requieren por sobre todo convicción y una articulación permanente de las instituciones clave y la integración temprana de la ciudadanía y sus organizaciones, algo que debe ser recuperado con acciones concretas para beneficio de los habitantes de la región.

El futuro de la zona es promisorio, por una serie de actividades que seguirán presentes, como la minería y el desarrollo de las energías renovables no convencionales, más otros como el corredor bioceánico o el hidrógeno verde, a los que se sumarán otros desconocidos.

Pero es clave tener ciudades de calidad, inteligentes y de las cuales todos sintamos orgullo. Seguir haciendo lo mismo, no sirve. Ya no es suficiente.

A esta altura ya debiéramos tener claro que el grueso de los problemas de nuestra región pasará por la coordinación entre los actores locales. Pretender que desde el centro se solucionen las dificultades es una quimera y pura ilusión. Los actores principales del éxito del territorio, son primero quienes viven aquí.

Utilicemos las aguas tratadas para regadío

"Hoy más que nunca es necesario que la generación de políticas públicas se levanten desde los territorios". Andrés Letelier, Director ejecutivo CREO Antofagasta
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Hoy nadie discute el valor del agua y existe una creciente conciencia de la necesidad de cuidar y optimizar su uso como una responsabilidad ineludible con el planeta. En nuestra región de Antofagasta, emplazada en el desierto más árido del mundo, conocemos muy bien el valor del agua como fuente de vida y de desarrollo. Toda agua puede ser usada racionalmente utilizando las tecnologías apropiadas, reguladas y administradas por una autoridad competente.

A pesar de la conciencia alcanzada sobre su escasez, el alto costo económico y ambiental que significa usar agua potable para riego y no usar las aguas que desperdiciamos, aún estamos lejos de tener una legislación moderna que regule en forma clara el uso de aguas servidas tratadas para el riego de parques, plazas y espacios públicos urbanos.

La buena noticia es que en el Congreso Nacional se está tramitando un proyecto de ley que permite tanto su uso como la instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales de baja escala al interior de las ciudades. Mejor aún, son nuestros parlamentarios quienes están promoviendo y empujando para que esto se haga realidad pronto.

En Creo Antofagasta, como instancia articuladora de iniciativas urbanas de interés público, hemos impulsado junto a muchas instituciones -del Estado, de la sociedad civil, la academia y del sector privado- el proyecto SARA (Sistema Aguas Recicladas de Antofagasta) que trabaja en todos los ámbitos para recuperar, tratar y reusar las aguas servidas para el riego de los espacios públicos existentes y proyectados, para aumentar la cobertura vegetal en la ciudad, disminuir los costos de regadío y reducir la insostenible utilización del agua potable para este propósito.

Antofagasta, con un borde costero de 32 kilómetros y una población que vive entre el desierto y el mar a una distancia inferior a tres kilómetros, es un territorio propicio para desarrollar paseos de cerro a mar, corredores peatonales que buscan la integración social y espacial de la ciudad.

El uso de aguas tratadas para riego haría posible que estos paseos sean corredores verdes que permitirán a antofagastinos y antofagastinas disfrutar espacios acogedores para caminar y encontrarse. El uso de aguas tratadas es fundamental para que los parques también sean aspiraciones posibles para ciudades como Calama, Tocopilla, Taltal y muchas otras ciudades del país.

Para este fin, apoyamos y celebramos el compromiso de nuestros parlamentarios y en particular del grupo transversal de los legisladores Paulina Núñez, Luis Pardo, Sebastián Torrealba, Daniel Verdessi y Claudia Mix, quienes esta semana solicitaron al gobierno dar suma urgencia al proyecto que busca promover el uso de aguas tratadas para riego, de manera que los corredores verdes cerro mar en Antofagasta y los espacios públicos en todo el país puedan tener un futuro más sustentable.

Hoy más que nunca es necesario que la generación de políticas públicas se levanten desde los territorios, con la experiencia y los actores locales. Los desafíos país nos llevan a cambiar los paradigmas, este proyecto de ley es un gran paso para mirar necesidades y experiencias que se están llevando a cabo en nuestra región y que pueden ser replicadas en cualquier punto de Chile.

Corporación de Desarrollo Regional

"Después de nueve años de Calama Plus y ocho años de Creo Antofagasta, es importante evaluar y reflexionar". Rodolfo Ugarte, Arquitecto
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El pasado 9 de septiembre, pasó inadvertida la noticia de que Codelco dejó de financiar la aplaudida asociación público-privada Calama Plus, vínculo que generó grandes expectativas de las posibilidades de alianzas público-privadas y el potencial del aporte de la gran minería en una planificación sinérgica y a largo plazo del territorio. Esta alianza nació como respuesta a las demandas sociales del 2011 en Calama y se desarrolló como un nuevo inicio en las llamadas alianzas público-privadas, con un proceso amplio y participativo, en el cual más de 21 mil personas, pensaron y soñaron la ciudad de Calama, y dieron la responsabilidad de una nueva forma de gestionar la ciudad. Este concepto fue replicado y perfeccionado en el desarrollo de Creo Antofagasta, en la capital regional, por BHP, con un enfoque de gestión permanente de acuerdos entre el Gobierno Regional y el Municipio.

Después de nueve años de Calama Plus y ocho años de Creo Antofagasta, es importante evaluar y reflexionar, cómo avanzar en las gobernanzas que nos permitan desarrollar el territorio, y es el espacio de la descentralización el cual hay que reforzar. Sin duda que la decisión de Codelco, solo devela la fragilidad del modelo, el cual hoy depende netamente a una voluntad privada y no un empoderamiento público en la Región.

El proceso de fortalecimiento de los Gobiernos Regionales, con la elección de Gobernador y el traspaso de competencias, exige como primer paso la creación de una Corporación de Desarrollo Regional, la cual está actualmente en discusión en el Consejo Regional, y es clave su aprobación, para permitir mayor acción del Gobierno Regional en su territorio.

Contar con personalidad jurídica privada, permite al Gobierno Regional ser ágil y asociativo, abordando brechas, en formulación, ejecución y administración de proyectos, por ejemplo, en la implementación de un sistema de transporte público integrado o el desarrollo de barrios industriales de alto estándar, tan necesarios en nuestra Región.

Sorprende que, en plena discusión de programas de candidatos a gobernador regional, este tema no esté priorizado, entendiendo las limitantes de la actual Constitución del País, para la generación de empresas públicas regionales, tan necesarias para descentralizar la gestión y el financiamiento.