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"Debemos democratizar la cultura"

ANTOFAGASTINIDAD. Ariel García Rojas, exalumno de la Escuela de Música de la CCA e integrante de la Orquesta Sinfónica.
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Ariel García es un músico antofagastino de 27 años y un amante de la música clásica. Estudió violonchelo en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y luego en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Además, se ha especializado en Brasil y en la actualidad toma clases con un profesor de la Universidad de las Artes de Múnich, mientras se desempeña como docente en el Colegio San Marcos.

Próximamente pretende viajar a París a seguir perfeccionándose y aprovechar esa oportunidad para preparar una temporada de recitales de chelo. Adicionalmente se encuentra trabajando con el compositor nacional Manuel Bustamante en un concierto para violonchelo que pretenden estrenar el 2021.

¿Dónde naciste y qué marcó tu infancia?

- Soy antofagastino y lo que marcó mi infancia fue mi familia numerosa y la buena relación que tengo con mis primos y hermanos.

¿Cuál es la principal enseñanza de tus padres?

- Mis papás siempre recalcaron la importancia de ser genuino y que sin importar el área a la que me dedicara, siempre fuera el mejor. También agradezco que mi mamá inculcara la unidad entre mis hermanos y yo.

Te involucraste con la música muy joven. ¿Cómo y por qué?

- Fue casi por casualidad, porque en el liceo donde estudié, el A-22, había una orquesta de cámara dirigida por Claudio Córdoba, mis amigos tocaban ahí y como yo tenía mucha energía y a veces era un poco desordenado, decidí canalizarla de manera positiva a través de la música.

¿Es cierto que querías tocar el violín, pero terminaste con el violonchelo? ¿Cómo ocurrió aquello?

- Sí, quería tocar violín porque era mi único acercamiento con la música clásica en ese entonces, pero como no había cupo en la orquesta del liceo, me sugirieron probar con el chelo, la verdad es que de mala gana acepté, pero cuando escuché a mi primer profesor me encantó el sonido y desde ahí mi vida gira en torno al violonchelo.

¿Cómo definirías la música, qué sientes al interpretarla?

- Para mí la música es una energía que nos transmite emociones y que no conoce barreras de lenguaje, culturales o geográficas. Al final del día todos sentimos de distinta manera lo que una misma melodía transmite y eso es lo lindo de la música. Al tocar el chelo me siento tranquilo, me genera felicidad, me transporta un poco de la realidad y cuando termino de estudiar una pieza y me ha salido bien, me siento muy contento conmigo mismo.

Eres profesor. ¿Qué te gusta dejarle a los niños?

- Me gusta pensar que ayudo a que los niños se den cuenta que independiente del género musical que escuchen, toda la música es válida y se acepta, porque lo relevante es la conexión, sin importar si es Maluma o Vivaldi.

Me decían que tu mejor recuerdo es haber tocado el "Souvenir de Florence" en Múnich. ¿Por qué?

- Me encanta ese recuerdo porque me probé a mí mismo que podía ser capaz de tocar una obra difícil, aprendiendo de cada uno de mis compañeros. Fue la primera vez que salí de viaje tan lejos y la sensación de estar con personas que viven totalmente para la música me encantó. Me siento muy afortunado de haber vivido esa experiencia.

¿Cuál es la obra que más te gusta interpretar y aquella que es un desafío para ti… y por qué?

- Me gusta mucho tocar la 6ta sinfonía de Tchaikovsky, él es mi compositor favorito y siento que esa sinfonía en especial es su obra cúlmine. Y preparar el concierto para Violonchelo de Schumann fue un tremendo desafío porque es una obra muy cambiante.

¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?

- Que independiente de donde vengo, fui capaz de cumplir mis metas musicales. El colegio del que egresaste no te define y vengas de donde vengas, puedes conectar con la música.

¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?

- Soy un súper fan de San Pedro de Atacama, disfruto mucho cada arrancadita que me puedo pegar allí, y sobre todo si es con gente que quiero.

¿Dónde tenemos que poner los énfasis para saltar al desarrollo?

- Creo que apreciando más la música en los colegios, debemos formar personas integrales, que sean capaces de conectar a través del arte y ser más sensibles. Del mismo modo pienso que debemos democratizar la cultura, que todos tengan acceso a ella y que sea parte de nuestro diario vivir.

¿Qué debiéramos aprender las personas, que no enseñan en ninguna parte?

- El trabajo en equipo, independiente del área en el que te desenvuelvas siempre vas a estar en contacto con otras personas y nuestra sociedad es tan competitiva, que cuando trabajamos de manera colectiva no sabemos cómo hacerlo. También debemos desarrollar más la conciencia social, me parece que es fundamental para que como sociedad avancemos todos juntos sin quedar nadie atrás.