"¿Por qué la justicia es tan blanda con algunos empresarios y tan dura con estos chiquillos?"
Muchos no tienen nada que hacer, están marcados por las precariedades, viven en ambientes hostiles y el proceso vivido a partir del 18 de octubre les dio "un sentido a sus vidas".
Así define el padre Felipe Berríos a la treintena de jóvenes antofagastinos que hoy están detenidos por distintos delitos en el marco del estallido social del 18 de octubre. Al respecto el jesuita planteó una medida radical: buscar una salida política y excarcelar a los acusados, una propuesta que considera de justicia y necesaria para avanzar en la resolución de un conflicto que -enfatiza- es político y no solo delictivo.
"Son chiquillos que la sociedad tiró para el lado. Ellos están al margen, quieren cambiar esta sociedad que los discrimina a ellos y ha marginado a sus padres, que trabajan y tienen salarios que no les alcanzan para vivir, que se les enferma la abuelita y deben esperar un año para una operación. Yo, en su lugar, también habría protestado".
Estallido social
Estamos a un año del estallido social y uno de los hechos que marcó el fenómeno fue la violencia. ¿A la distancia, qué observa de aquello y lo que ocurrió a partir del 18 de octubre?
- Lo que se inició el 18 fue un estallido y los estallidos uno sabe cómo comienzan, pero no se sabe cómo terminan. La violencia es irracional, pero el estallido tenía algo de ético, la gente que salió a las calles algo tenía que decir.
Y muchos de quienes estuvieron en la parte violenta, son muchachos a los que el sistema dejó fuera y que no tenían nada que perder porque no tenían futuro, presente, no nos preocupamos de ellos.
¿Ese es el perfil de los detenidos, de quienes protagonizaron hechos de violencia? ¿Qué otra cosa los caracteriza?
- Cuando llegué a Chile venía de una sociedad donde no se producía nada de basura porque no había consumo, y llegué a una sociedad basada en el consumo, la producción y donde las cosas se botan: lo viejo, lo usado; una sociedad que produce mucha basura y que también produce gente que es considerada basura y dentro de ese grupo están los chiquillos que están presos; se les ha negado su futuro, no tienen sueños; han visto cómo han sufrido sus familias, viven en ambientes feos y eso es lo que quieren cambiar.
Y creo que ellos debieran compartir la responsabilidad con quienes azuzaron eso y que hoy están pensando en cómo ganar votos para los puestos que se ofrecen, mientras estos jóvenes están pagando todo aquello de lo cual el resto de la sociedad está tomando conciencia.
Podríamos asumir las precariedades de todo tipo de estos jóvenes, incluso asumir que eran protagonistas de un momento histórico, pero cometieron ilícitos que tienen penas determinadas. ¿Qué salvedad habría que tener?
- La salvedad es que esto se da justo cuando vemos que una empresa hizo algo más tremendo que romper luminarias o vitrinas: corrompió el sistema político en Chile y el propietario no ha tenido ni un día de cárcel y además se hizo millonario y se le aplicaron multas que son rebajadas, mientras los otros jóvenes llevan casi un año presos. Y son chiquillos. La sociedad debe aprovechar esa rebeldía y ver cómo se les ayuda a enfocarlos, pero lo que no puede pasar es que ellos "paguen el pato". ¿Por qué la justicia es tan blanda con algunos empresarios y tan dura con estos chiquillos? ¿Será porque son pobres?
Debate
Entre los encarcelados, tanto en el recinto del Nudo Uribe, como el exSurgam, o con arresto domiciliario, habría 32 los involucrados, de ellos destacan 13 con prisión efectiva y siete con arresto domiciliario completo o nocturno (más un número indeterminado en el país).
Entre los detenidos los casos más complejos y graves son los acusados por ataques contra carabineros.
Para muchas personas, en especial las que trabajan en o con la Justicia, esto puede ser algo confuso. Dirán que los casos deben investigarse, que ellos cometieron delitos, que hay un debido proceso… ¿Usted aspira a que veamos estos casos de manera más "blanda", que entendamos el contexto?
- Fui uno de los primeros que me opuse a la violencia porque no ayuda a nada y siempre termina ayudando a los más poderosos. Creo que cuando uno comete un delito, debe sancionarse, pero la sanción no puede ser venganza. La sanción no puede destruirte; así como a algunos les dan clases de ética como castigo, a estos chiquillos no hay que reventarles la vida. No estoy pidiendo que se haga vista gorda, sino que se haga justicia y hacer justicia implica darles otra oportunidad.
¿Ha tenido la oportunidad de conversar con ellos?
- Sí y debo decir que yo, en el caso de ellos, tal vez me habría dedicado a fumar pasta base, robar o no hacer nada. Pero ellos tienen valores y uno podrá decir que tienen equivocada la forma, todo lo que tú quieras, pero es gracias a ellos que estamos conversando lo que estamos conversando en Chile: una nueva Constitución, que íbamos para descarrilarnos. Ya ha pasado el fragor del comienzo; yo acompañé a los comerciantes, a gente que quedó sin trabajo, pero ahora tenemos la obligación de hacer una segunda reflexión e ir a una cosa más profunda, no puede ser que como sociedad tengamos a 19 cabros pagando las consecuencias.
La injusticia trae violencia.
Hay varios sectores que se sentirán un poco agredidos por este llamado, por lo pronto los comerciantes, los carabineros, los fiscales.
- Con la misma fuerza que dije que la violencia no era solución y que había que sacar la voz y separar a la violencia, con la misma fuerza que le respondí al senador Alejandro Guillier cuando decía que el Presidente Piñera tenía que renunciar y yo dije que no, porque los problemas políticos deben tener soluciones políticas y democráticas, con esa misma fuerza digo que es injusto que estos jóvenes estén presos hoy en la cárcel.
O sea esto requiere una salida política.
- Sí. Requiere que le demos una oportunidad para que ellos estudien, se formen, porque son valiosos y lo digo con la misma fuerza con que critiqué la violencia o que se buscara una salida no democrática.
Cualquiera puede entender el contexto, las dificultades que han tenido y que efectivamente en una sociedad hay algunos más privilegiados que otros, sin embargo, se tienen que hacer cargo de los actos cometidos.
- Ya han pagado. Algunos llevan cerca de un año de cárcel. O sea, de qué me están hablando. Me violenta que aquellos que han destruido la política en Chile con la corrupción no tengan ni un día de cárcel. Entonces, la justicia no es justa.
Esta propuesta la ha conversado con alguna autoridad de gobierno?
- Sí, pero hay que ser muy delicados. La gente se queda tranquila cuando hay un culpable y hay cuestiones difíciles de solucionar. La propuesta es gatillar algo distinto y que ellos tengan la oportunidad de generar algo diferente.