Anciana y su hija están por perder su vivienda por deuda con el banco
TEMOR. No pudieron pagar las últimas cuotas del crédito hipotecario y ahora la casa irá a remate. Las afectadas piden tiempo para poder cumplir.
En 2008, Irene Guzmán Valenzuela y su hija Jacqueline Araya Guzmán recibieron las llaves de su casa propia en un condominio de calle Bilbao en Calama. Fueron varios meses de espera y antes de ello, varios años de ahorro para juntar el dinero que sirvió para pagar el pie de la vivienda.
Cada mes cancelaba el dividendo de $270 mil, hasta que, en 2019, Jacqueline enfermó y quedó cesante. Así, el único ingreso que les quedó fue la pensión de $250 mil que recibe Irene (de 81 años), y debieron optar entre pagar la cuota de la casa o alimentarse. La elección fue obvia.
Ambas cuentan que les quedaban las últimas cuotas del dividendo y que pese a que acudieron al banco a explicar el por qué de los retrasos, la institución financiera judicializó la deuda ante el Primer Juzgado Civil de Calama para iniciar el proceso de remate de la vivienda, el que está programado para el 15 de octubre.
Agregan que, incluso, los mismos ejecutivos del banco les sugirieron no repactar debido a que el valor de la deuda era muy bajo.
De acuerdo a lo que se consigna en la demanda ejecutiva interpuesta por el banco, el monto que adeudan Irene y Jacqueline es de $3.419. 914, correspondientes a las últimas 13 cuotas de un crédito que fue pactado por 12 años.
"En abril de este año terminábamos de pagar la casa completa, pero nos pasó todo esto", se lamenta Irene.
A esa deuda se deberán sumar las costas del juicio y también las publicaciones de los extractos en la prensa, por lo que, según sus estimaciones, tendrían que terminar cancelando entre $5 y $6 millones.
Solicitud
Madre e hija comentan que estos meses han sido difíciles. Jacqueline dice que ha buscado trabajo pero, primero con el estallido y luego la pandemia, el escenario laboral no ha sido muy favorecedor. A ello se suma su estado de salud.
Cuenta que tuvo que dejar la vergüenza de lado y en algunos casos humillarse, pidiendo pequeños préstamos con amigos y algunos familiares han ido reuniendo dinero para pagar la deuda.
También tuvo que retirar el 10% de lo que tenía ahorrado en la AFP, sin embargo aún no logran juntar lo que necesitan y se les acaba el tiempo.
"Nosotros, en ningún momento queremos desconocer la deuda, por el contrario, somos personas honestas, lo que pedimos es que el banco nos dé más tiempo para reunir el dinero y terminar con esta situación que no nos deja dormir", señaló Jacqueline Araya.
Estiman que, en el actual escenario de pandemia, es incomprensible que las quieran desalojar, más aún cuando una de ellas es adulta mayor.
"Es horrible, me he enfermado, no duermo, llegué a pensar en querer morirme, mi hija me ha ayudado a levantarme, pero no estoy bien", señala Irene, quien nunca pensó que a los 81 años y tras trabajar toda una vida, se esté enfrentando a esta incertidumbre.
"Nosotros no tenemos dónde ir, aunque tengamos familiares ellos no nos pueden recibir y tampoco es la idea que nosotros perdamos la casa que tanto esfuerzo nos ha costado, y por una deuda como esta", agrega Jacqueline.
Actualmente, estas mujeres cuentan con el apoyo de la abogada Raquel Paz Rodríguez, quien tras conocer su caso, decidió ayudarlas y orientarlas.
La profesional presentó un escrito ante el Primer Juzgado Civil de Calama, a fin de suspender el embargo de la casa, el que aún no tiene respuesta.
Este medio intentó contactarse con el abogado patrocinante de la demanda, pero hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
En agosto de este año, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que busca suspender los embargos, desalojos y remates durante el tiempo de pandemia para ir en ayuda de las personas que, como Irene y Jacqueline, están por perder sus casas. El proyecto pasó al Senado y todavía no se somete a la votación.
"Es horrible, me he enfermado, no duermo, llegué a pensar en querer morirme, mi hija me ha ayudado a levantarme, pero no estoy bien".
Irene Guzmán, Propietaria