Redacción

Bibliotecas comunitarias, un programa radial conducido por escolares, una profesora que lleva instrumentos al domicilio de los estudiantes y un médico que ayuda en su rehabilitación a personas en situación de calle son algunas de las acciones solidarias que impulsan agrupaciones y personas anónimas en Antofagasta.

Las buenas iniciativas y los proyectos solidarios no han estado ausentes en medio de esta crisis social y sanitaria que afecta a miles de habitantes de este país.

Se trata de personas desinteresadas que dedican tiempo, ideas y recursos para ir en ayuda de aquellos sectores de la población que se han visto más expuesta durante estos meses de complejidad.

La periodista y directora regional de fundación Trascender, Javiera Prieto, relató que, a mediados de abril, en conjunto con tres amigos, dos de ellos relacionados al mundo social desde hace años a través de sus propias fundaciones, comenzaron a discutir distintas maneras de poder ayudar a las personas de forma colaborativa, conforme la pandemia del coronavirus avanzaba en la ciudad.

Así, y tras analizar de qué manera podían canalizar mejor sus esfuerzos y recursos, iniciaron la campaña "Despensa Solidaria", la cual aportaba mensualmente, y en dos entregas, víveres suficientes para el mes a un total de 80 familias de Fundación Tierra de Esperanza.

"Decidimos extender la campaña, mediante una especie de saldo que las familias (las mismas), pueden utilizar en los comercios, en la proporción que quieran. El problema, es que esos 20 millones de pesos, reunidos para la primera campaña, se nos terminaron en septiembre y ahora necesitamos reunir $6 millones más para terminar esta segunda campaña", dijo.

Cualquier ayuda, donación, es importante y se puede realizar a la cuenta vista del Banco Santander: 007011476087, a nombre de Camila Aguilera Castillo, rut: 17.392.969-2.

Despensa solidaria

Agentes en salud

El enfermero del HRA, y dirigente de la Asenf, José Salgado, manifestó que junto a otros nueve colegas, están desde hace bastante tiempo, incluso antes de la pandemia, interviniendo distintos campamentos en la ciudad, para ayudar a potenciar la autogestión en Salud. Trabajo que, a su parecer, se vuelve mucho más importante tras la masificación de las ollas comunes, en el contexto de la crisis sanitaria por el coronavirus.

"Lo que nosotros hacemos no busca otro fin más que en la autogestión de la salud de la población. Y por eso nos vinculamos con los líderes de las ollas comunes, para que ellos sean los formadores y los agentes de salud dentro de su comunidad", precisó.

Su labor se basó en una primera instancia, además de la gestión de los primeros acercamientos con las comunidades residentes en las tomas, en poder ir trabajando con ellos los objetivos del manual "Formación de Agentes en Salud", elaborado por ellos mismos. Posteriormente, ya en la segunda fase (en la que están ahora), comenzaron a trabajar en la elaboración de capacitaciones, que permitan alcanzar tanto en la teoría, como práctica, los objetivos del proyecto.