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¿Para qué sirven las fortalezas de carácter?

"Nuestra civilización necesita promover una cultura basada en el desarrollo de la mejor versión de cada uno". Manuel Dannemann C., Director Educacional Red Educacional Magister
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La psicología positiva estudia los factores que promueven el bienestar. En este sentido se interesa por identificar las fortalezas de carácter de las personas para que puedan potenciar esas cualidades y alcancen una mayor calidad de vida (Peterson y Seligman, 2004).

Las fortalezas de carácter son el conjunto de rasgos personales positivos, que tienen todos los individuos de manera natural, se expresan a través de pensamientos, sentimientos y acciones; requieren de ejercitación para su desarrollo; y pueden ser medidas (Park y Peterson, 2009).

El 2004 un grupo de investigadores, liderados por Seligman, Csikszentmihalyi y Peterson, completaron la elaboración de un listado de fortalezas humanas que dieron origen al manual "Caracter Strengths and Virtues A hand book and classification", que propone seis virtudes (sabiduría; valor; amor; justicia; templanza y trascendencia) y 24 fortalezas ajenas.

Partieron del concepto de las cualidades morales, tal como lo consideraron Sócrates, Platón y Aristóteles, para identificar los rasgos positivos de la personalidad. Luego elaboraron este listado de rasgos positivos universales a partir del análisis de las tradiciones religiosas, filosóficas y culturales más representativas, el confusionismo y taoísmo; el budismo e hinduismo; la Grecia clásica; las judeo-cristianas e islámica; los escritos de Sócrates, Platón y Aristóteles; el Antiguo y el Nuevo Testamento, las obras de Santo Tomás de Aquino y San Agustín; entre tantos otros.

Para seleccionar las fortalezas utilizaron tres criterios: "que se valoren en prácticamente todas las culturas; que se valoren por derecho propio, no como medio para alcanzar otros fines; y que fueran maleables" (Seligman, 2011).

A través del test Values in Action Inventory of Strenghts (VIA-IS) se identifican las fortalezas en adultos. Para adolescentes de 10 a 17 años está el Values in Action Inventory of Strenghts for Youth (VIA-Y). Ambos pueden ser auto aplicados en www.authentichappiness.org.

La evidencia científica muestra los nutridos efectos de la práctica de las fortalezas. Quienes las ejercitan son personas más felices y seguras; tienen alta autoestima; mayor energía, vitalidad y resiliencia; y más probabilidades de conseguir sus metas.

Finalmente todos tenemos una combinación única de desarrollo de 3 o 5 fortalezas predominantes (signature strengths. Las que podemos conocer (a partir del inventario VIA) y luego buscar aplicar en la vida diaria, para fluir.

Nuestra civilización necesita promover una cultura basada en el desarrollo de la mejor versión de cada uno, para influir positivamente en la vida personal, familiar, laboral y social. A la vista están los resultados de la ejercitación de las fortalezas de carácter, medio potentísimo y transformador para alcanzar el desarrollo y el bienestar que todos anhelamos.

Suicidios y salud mental en pandemia

Es obvio que la sensibilidad de toda la población ha sido afectada. A nivel local se habilitó un teléfono para prestar ayuda a las personas necesitadas: 800 914 080 El impacto emocional de la pandemia es incuantificable: el estrés, la ansiedad, la angustia, depresión, incluso los deseos suicidas, son solo la punta del iceberg de un proceso inmenso que recién advertimos.
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Unas 4 mil personas se han contactado con la plataforma "SaludableMente" en los últimos meses de la crisis sanitaria en Chile y han reportado tener conductas suicidas, de acuerdo con informes del Ministerio de Salud. Ese sitio de contacto fue habilitado por el Gobierno en junio de este año, para tratar problemas de salud mental ocasionados en el contexto de la pandemia, entre los cuales el intento de quitarse la vida es uno de los principales motivos de consulta, debido a síntomas de ansiedad, trastornos de ánimo y trastornos severos.

Ya a inicios de mayo, cuando Chile se encaminaba al peak de la crisis por el coronavirus, en Europa un grupo de científicos de universidades del Reino Unido alertaba acerca de las alzas en las tasas de suicidio o intentos de atentar contra la vida, como parte de los deterioros en la salud mental de la población, en especial porque las personas tuvieron que dejar de lado lo que consideraban "llevar una vida normal", para quedarse en casa.

En un reciente coloquio sobre salud mental, la subsecretaria de Salud, Paula Daza, afirmó que un porcentaje relevante de los llamados por ideas suicidas corresponden a jóvenes. Otro segmento en riesgo es la población adulto mayor, que ha sufrido fuertemente por el aislamiento social que provocó la pandemia.

Debe recordarse que durante 2019, la salud mental de los estudiantes universitarios fue una enorme preocupación, ya que la Primera Encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria de Chile reveló que el 46% de los alumnos tenía síntomas depresivos y muestras de ansiedad; 54% sufría de estrés; 67,20% tenía síntomas de insomnio o sueño durante el día; 30,2% estaba insatisfecho/a con su calidad de sueño y, lo más preocupante, un 5,1% de ellos manifestó pensamientos suicidas. A la vista de los profesionales en salud mental y académicos, los resultados en ese momento ya eran alarmantes y se considera que estos indicadores se agravaron con la actual contingencia derivada de la pandemia por covid 19.

El fenómeno también ha sido advertido a nivel local, lo que derivó en la habilitación de un número de ayuda a la población afectada. Hay que estar preparados.

No esperemos tanto de nosotros mismos

"No todo depende de nosotros. Las consecuencias de nuestras acciones no son nunca las anticipadas". Mario Valdivia V., Economista y consultor
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Estando en ánimos de reinvención radical, vale la pena recordar lo dicho por el poeta: "Sobrepasados y tardíos, nos lanzamos de repente a vientos y caemos en pantanos sin compasión".

No todo depende de nosotros. Las consecuencias de nuestras acciones no son nunca las anticipadas. Tanto, que la palabra acción es sospechosa de pretender demasiado. De sujetos de la historia nos convertimos habitualmente en sus víctimas. Mi generación se propuso progreso ilimitado, fuentes de energía infinitas, socialismos, amplias libertades, iglesias renovadas, formas de convivencia por fin igualitarias y sin jerarquía en las redes. Y vivimos entre escombros, sueños frustrados, cerros sobre cerros de esqueletos y pandemias de patologías psicosociales. Sin embargo nuestras ilusiones no ceden. Continuamos imaginando que está en nuestras manos diseñarlo todo. Hemos aprendido. ¡Esta vez sí!

El sujeto de la cultura capitalista burguesa está vivito y coleando. Somos nosotros y nosotras. Es lo que hay. La vieja alma cristiana, recauchada por el Iluminismo. La hecha a imagen y semejanza de Dios, convertida en Dios de sí misma. El yo autónomo soberano, la mente racional, la subjetividad individual cargada de opiniones y verdades personales convertida en el sol del mundo. Nosotras y nosotros. Si bien no podemos asegurar completamente el resultado de nuestras acciones - el mundo tiene contingencias -, podemos, obviamente, estar seguros de nuestras intenciones, de aquello que nos proponemos. Pero no nos hacemos cargo del hallazgo fundamental de psicólogos y filósofos más o menos contemporáneos: no nos conocemos bien, no sabemos quiénes somos, miramos en nuestro "interior" y nos confundimos, no somos dueños de nosotras mismas, nos hacemos ilusiones.

Cargados sin conciencia de predisposiciones reflexivas y emocionales que vienen del pasado, más que divinos, tenemos algo de rocolas. No somos páginas en blanco, mentes que razonan fundadas en sí mismas como la de Dios. Abrimos la boca y habla el pasado aprendido. Somos "animales moldeados" más que "animales racionales". Nos mueven emocionalidades que emergen en la intersección de lo aprendido presupuestado y el presente. No podemos evitarlo. Creemos ser liberales, conservadoras, progresistas, demócratas, desde esquemas que damos por obvios sin poder revisar por completo. Imaginamos diálogos públicos pausados y respetuosos con "cartas al director", en el universo de la convivencia masiva digital. Estamos siempre sobrepasados y tardíos.

¿Predicar un poco de escucha y silencio a los diositos cargados de seguridad en sí mismos que caminan por la calle? A esta edad, ¿qué otra cosa?

Pienso que lo mejor de la democracia es ser una escuela de humildad. Menos mal que "no estamos de acuerdo como las aves migratorias" - como constató el mismo poeta, un poco nostálgico. Tenemos que ponernos de acuerdo, negociar, cros-apropiar sueños, expectativas y convicciones. Entibiar. Agachar mutuamente el moño para convivir. Lo que nos dice que no estaremos muy felices con el resultado. Es que somos solamente humanas.