"Hice conexión con el mar"
ANTOFAGASTINIDAD. Arturo Soto, gestor cultural y deportivo.
"Esta crisis, esta pandemia es una muy buena oportunidad para construir una mejor sociedad, lo mismo que el estallido social. Todos estamos vulnerables, pero es una oportunidad para construir un mejor futuro, sobre todo para los niños".
Así lo apunta Arturo Soto, un antofagastino nacido en 1980 y transformado en un gestor cultural y deportivo, con Budeo y el Campeonato Mundial de Bodyboard, entre otros.
¿Cuál es tu primer recuerdo de niño?
- Mi primer recuerdo de niño es el recuerdo que tengo de mi tío Arturo, un tío que falleció, al cual yo le decía papá, y siempre iba a su casa, era muy divertido. Nos sentábamos en el sillón a ver los partidos del Real Madrid, cuando jugaba Iván Zamorano, y era pura risa y chacota, eran momentos muy felices. Esa familia me acogió por mucho tiempo y son recuerdos muy gratos, con mis primos, con quienes lo pasábamos muy bien.
¿Cuál fue la más importante enseñanza de tus padres?
- Mi madre y mi abuela son mis imágenes de padres. Mi madre me enseñó a ser una persona generosa, compartir, ayudar al prójimo; y mi abuelita, aunque tenía pocas cosas, siempre buscaba la forma de ayudar. Acogía personas que lo necesitaban, siempre vi esos actos de generosidad de mi abuela y mi mamá, y eso quedó dentro de mí y fue parte de mi forma de ser.
¿Qué significa para ti la población El Golf, tan discriminada en nuestra ciudad?
- Es una radiografía de las problemáticas que tenemos como sociedad. La población sigue igual de vulnerable que los últimos 40 años, no ha cambiado mucho. Es triste ver que los niños, en realidad todas las personas, no tienen una plaza, no tienen canchas y ver cómo crece la ciudad.
Quizás los barrios están bonitos, pero los niños de población El Golf no tienen esa oportunidad, y eso es triste. La primera vez que salí de mi barrio a Francia, tenía 27 años, conocía hasta La Serena. Viajé representando a Chile en el Tour Mundial y me di cuenta que el mundo era mucho más bonito de lo que te decían en el barrio. A veces creemos que los drogadictos o las pandillas son algo normal y piensas que el mundo es así, pero no. No entiendo cómo este barrio es tan postergado, por qué tenemos tan poca calidad de vida en una ciudad rica como Antofagasta.
Lo bueno es que los niños del barrio tienen un gran conocimiento para enfrentar los problemas de la vida. Yo fui uno de sus niños y lo que aprendí en el barrio fue fundamental para trabajar en lo que hago.
Ellos tienen una capacidad increíble, esos niños conocen las verdaderas necesidades. Son niños que se pueden convertir en líderes increíbles porque conocen los problemas, se han forjado de esa forma. Nosotros potenciamos ese problema y lo convertimos en una oportunidad, hay niños que son súper inteligentes.
¿Tienes el recuerdo de la primera vez que entraste en contacto con el mar?
- El recuerdo más maravilloso fue cuando descubrí Budeo, la ola, con un amigo, el Miguel, y construimos nuestra primera choza con palmeras para protegernos del sol. Ahí comencé a ver cosas que nadie miraba, las ballenas pasar, los delfines, los lobos de mar, los pelícanos, los pájaros, todas esas cosas me enamoraron del mar y así comencé a conocer mi territorio, a bucear, a surfear. Todo lo que me pasa ahora, el Campeonato Mundial, la escuela el turismo, son cosas que me imaginé en esa conexión que hice con el océano. En vez de estar en la esquina, inicié una conexión con el mar que me generó oportunidades de vida. El mar me enseñó que era capaz de ser todas la cosas que imaginaba.
¿Qué deberíamos aprender los antofagastinos?
- Lo que identifica al antofagastino es el desierto que choca con el mar. El antofagastino está formado por ese choque, que es donde sale el antofagastino, porque tiene un amor por el desierto y el océano. Los antofagastinos siempre van a contar algo bueno de su ciudad, porque conocen la riqueza y el patrimonio que tiene nuestro territorio. Saben que pueden salir en auto y en 20 o 30 minutos encuentran una playa paradisíaca o que pueden ir a ver los delfines y las ballenas.
¿En tiempos tan complicados como estos, qué has aprendido?
- El contacto con mi familia, aprovechar más a mi madre y a mis hijas. A veces uno le quita demasiado tiempo a las personas importantes. Éste ha sido tiempo de estar preocupado de ellos totalmente. También he aprendido que se puede trabajar desde la casa. Pero lo más importante es que aprendí a valorizar mucho más el trabajo que hemos venido haciendo los últimos años. Es como si nos hubiéramos ido preparando para la sociedad post covid. El conectarse con lo esencial es lo que se viene ahora, estando encerrados, nos hemos dado cuenta lo rico que es caminar por el borde costero. Ahora nuestro discurso toma mucha más fuerza considerando lo que está ocurriendo. El turismo, la diversificación económica, se abrirán nuevas oportunidades para Antofagasta y nosotros nos hemos venido preparando para eso. Desde el turismo hay una gran oportunidad. En eso hemos estado trabajado.