"Para que sobreviva el gaviotín tenemos que cuidar todas las colonias, hasta las más pequeñas"
El gaviotín chico, Sternula lorata, es una pequeña ave de 23 centímetros y apenas 50 gramos, que habita desde el Golfo de Guayaquil a La Portada de Antofagasta.
Su población se calcula en, máximo, 2.500 individuos, por lo que el peligro de que pronto se sume a la lista de especies desaparecidas es real, aunque existen voluntades que intentan evitarlo.
A la cabeza de los esfuerzos de conservación está la Fundación Gaviotín Chico, nacida en 2008 gracias a una inédita alianza público-privada cuyo principal objetivo es la protección de las colonias reproductivas que existen en la región.
Para ello, explica el biólogo marino, Alberto Rivera, director ejecutivo de la fundación, se planea generar un santuario de la naturaleza en un área de 2.798 hectáreas en la planicie de Mejillones (desde su acceso sur al sector Gualaguala)
Hace unas semanas el proyecto estuvo a punto de zozobrar cuando tres paños de esos terrenos fueron incluidos en una licitación de BB.NN., sin embargo, la medida se revirtió y hoy la fundación y otras organizaciones está a punto de presentar el proyecto.
¿Cómo recibieron la noticia sobre la inclusión de áreas de nidificación del gaviotín en las nuevas licitaciones del BB.NN.?
-Esa primera noticia nos causó preocupación, porque pensar en un desarrollo humano ahí, con edificación en altura y en los paños que están involucrados, hablamos de 16 hectáreas aproximadamente constituía una amenaza en el ámbito de conservación del gaviotín, y no sólo del gaviotín, ahí hay una diversidad de aves que también nidifican, pero en distintas épocas. Y claramente podía afectar sus colonias reproductivas, y también el proyecto de santuario que estamos trabajando.
¿Esos tres paños cuánto representan de toda el área donde nidifica el gaviotín chico?
-16 hectáreas sobre más de 2.700 hectáreas, que son las que pretendemos, podría parecer un valor insignificante, pero el tema no es sólo eso. El gaviotín no ocupa sólo el área donde pone un nido con un huevo o dos huevos, hay un área de ocupación que es mayor. Esos pollitos cuando eclosionan se desplazan, tenemos registro de hasta 850 metros, por lo tanto ocupan un área más grande. Cuando se acerca la ciudad a estas áreas o se urbanizan, vienen amenazas. Imagina una torre ahí de diez pisos, que el plan regulador lo permite. Esa torre trae personas, trae movimiento, vehículos, perros y empezamos a perturbar y podemos generar abandono, pérdida de nidos, depredación también. Por temporada promedio el 30% de los nidos son depredados por perros. Ese es un dato duro, y eso no es culpa de los perros, es culpa de nosotros por una tenencia irresponsable. Todo eso tiene que evaluarse.
¿Cuán delicada es hoy la situación del gaviotín como especie?
-En nuestra legislación está en peligro de extinción. La estimación de poblacional mundial, si bien no son datos precisos, es entre mil y 2.500 individuos, entre el Golfo de Guayaquil, sur de Ecuador, Perú y norte de Chile hasta La Portada. Nosotros tenemos 11 años de monitoreo, con censos simultáneos regionales, con apoyo de la UA, voluntarios, servicios públicos, y la última estimación, hablamos de 2019, eran entre 980 y 1.200 individuos, no parejas, individuos, y sabemos además que la Región de Antofagasta congrega las colonias reproductivas más importantes de esta especie conocidas, y ambas están en Mejillones, Pampa Mejillones y Hornito-Gualaguala. Entre ambas estamos hablando del 65% de la actividad reproductiva. Ese es el contexto y esa es la importancia de proteger esos territorios.
El santuario
Afortunadamente pudieron revertir la decisión de BB.NN...
-Quiero destacar que fue un apoyo transversal, público y privado, redes sociales, distintos actores que nos consultaron, por lo tanto fue una tremenda noticia. Pero nosotros seguimos trabajando en una mesa que lidera Medio Ambiente, ahora tenemos que ingresar la solicitud de declaración de Santuario.
¿En qué consiste ese proyecto?
-Es un polígono donde no solo habita el gaviotín, te puedo nombrar 20 especies de aves, el águila pescadora, el aguilucho, choro nevado, la garuma, halcones, pilpilenes, pollitos de mar, etc. Es decir, tiene una riqueza y una diversidad que le da mucho valor. Además constituiría el primer santuario en la comuna de Mejillones así que también es un hito importante desde el punto de vista del esfuerzo por proteger nuestro medio ambiente.
¿Cuáles son los pasos que vienen?
-El informe técnico justificatorio ya lo tenemos, estamos en la etapa de adjuntar las cartas de apoyo de distintas organizaciones, esperamos a fines de este mes tener ingresado el expediente en el Ministerio de Medio Ambiente y de ahí hay un proceso normado con distintas etapas, consultas. Nosotros esperamos a fin de año tener una muy buena noticia.
¿Hay otras pretensiones para esos terrenos o son predios sin uso a los cuales nadie aspira?
-Son terrenos sin uso, no hay solicitudes de privados y son todos fiscales. Fuimos muy cuidadosos en eso, pese a que el Estado puede declarar santuario en un terreno privado, pero en este caso eso no ocurre. Por lo tanto, no hay un conflicto, el conflicto lo teníamos con la licitación que BB.NN. pretendía hacer ahí.
¿Hay un proyecto de conservación y reproducción asociado?
-El santuario tiene que ir de la mano con un plan de manejo que tiene distintos elementos y financiamiento, desde la creación de senderos, señalizaciones, plan de educación, protección, con presencia de guardafaunas, y un plan de monitoreo que ya estamos haciendo y seguiremos haciendo. Es fortalecer todo ese trabajo, pero ahora con una figura jurídica de protección.
¿Y en términos de población, cuál es la meta asociada al santuario?
-Incrementar. Sería aventurado dar cifras, pero sí trabajar sobre las amenazas y entre ellas está el hombre, el desarrollo, el crecimiento de la ciudad, y luego mejorar las condiciones de su hábitat, disminuir la depredación y por lo tanto aumentar su éxito reproductivo. Se trata de eso, darle más oportunidades al gaviotín.
Cómo llegó al gaviotín a tener una fundación que lo protege, que debe ser un caso único en Chile...
-La fundación es una medida de compensación ambiental que surge cuando algunas empresas se instalan en Mejillones, y estas empresas adquieren un compromiso ambiental que se materializa a través de esta fundación. Por eso Jürgen Rottmann dice que el gaviotín nació con una marraqueta bajo el brazo, porque tuvo la oportunidad de contar con un equipo de profesionales dedicado a su conservación (...) Yo diría que se alinearon los planetas, y se pusieron de acuerdo actores locales, como el municipio, con autoridades regionales y además los privados, y con la academia también. Todos se ponen de acuerdo en que esto es lo que se debe hacer. No fue un trabajo de un día para otro, fue largo, pero es la única explicación.
¿Cuáles han sido los resultados?
-Vemos que no hay una tendencia a la declinación, vemos una tendencia al alza, pero todavía son muy poquitos. Los resultados de esto quizás los veamos en 20 o 30 años más, ahora lo que tenemos que hacer es cuidar todas las colonias, hasta las más pequeñas.
"Por temporada promedio el 30% de los nidos son depredados por perros. Ese es un dato duro, y eso no es culpa de los perros, es culpa de nosotros por una tenencia irresponsable".