Durante numerosos siglos, desde la más alta prehistoria hasta el final del siglo XVII, el ser humano permaneció con un desconocimiento completo de la naturaleza de la fuente energética del Sol. Esta carencia de conocimiento favoreció las explicaciones mitológicas, las cuales fueron del dominio de la creencia, y seguramente no de lo de la racionalidad. En Egipto, el dios solar por excelencia fue Amón-Re, mientras tanto el dio Atón fue el dios del Sol saliente del faraón Akenatón. En Grecia arcaica, el dios solar fue Helios, pero este título le fue poco a poco robado por Apolo, hijo de Zeus, y dios solar de la época helenística.
Fue solamente durante el siglo XIX que algunas respuestas fueron formuladas, en conexión con el desarrollo de las ciencias y de las técnicas, especialmente la utilización de nuevas máquinas y la modelización de su funcionamiento. Aun si estas respuestas eran todavía erróneas, permitieron de poder explicar un fenómeno antes totalmente incomprendido. En efecto, hasta el alba del siglo XIX, no había jamás sido posible de dar una explicación realista y racional a la fuente energética del Sol, y menos de las estrellas. Sin embargo, desde el principio del siglo XIX, apareció claramente una gran similitud entre las naturalezas del Sol y de las estrellas. Hubo entonces a encontrar una explicación coherente única por estos astros, tan por su funcionamiento como por su fuente energética.
Una primera hipótesis nació al principio del siglo XIX. Según esta hipótesis, reacciones químicas estaban produciéndose tanto al interior como a la superficie del Sol. Estas reacciones de combustión rendían el Sol análogo a un fuego amplio, como una gigantesca combustión química. No obstante, fue muy rápidamente posible de constatar que una tal hipótesis era totalmente extravagante, la duración de vida del Sol siendo entonces solamente del orden de algunos miles de años, lo que se sabía cómo siendo completamente incoherente. Esta hipótesis fue así abandonada bastante rápidamente durante el siglo XIX.
Christian Nitschelm es astrónomo del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl