Ollas comunes suben a 72 y abastecen a principalmente a adultos mayores
AYUDA. Organizadores de comedores solidarios, relataron que el pago del 10% mejoró la situación de algunas personas, pero todavía existe una alta demanda de alimentación.
La caída de ingresos y cesantía que afecta a vecinos de distintos sectores de la ciudad, ha despertado en aquellos mejor preparados para afrontar la crisis, el deseo desinteresado de ayudar, cubriendo aspectos de primera necesidad, como el alimento.
El aumento de las ollas comunes (ya hay 72 en la ciudad), sobre todo destinadas a adultos mayores y personas vulnerables en sectores como Villa El Mirador o la Feria Pantaleón Cortes (las Pulgas), es una demostración de aquello.
Personas y juntas de vecinos han visto la necesidad de muchos y han decido organizarse para abastecer a personas que no tienen otra manera de subsistir en esta pandemia.
Así lo explicó Elizabeth Mercedes Rojas, conocida como "tía Chela", de 50 años, quien desde el pasado 12 de mayo cocina para sus vecinos más vulnerables.
"Aquí la necesidad es grande, no lo digo porque se trate del sector de la Feria de las Pulgas. Aquí la necesidad es real, tenemos gente que duerme en la calle y que antes que llegara yo, comían cualquier cosa. Se los digo, hay mucha necesidad. Empecé con 10 personas, el 12 de marzo, y de a poco se fueron sumando más", dijo.
Fila
En solo unos minutos, tras acomodar las ollas de comida sobre una mesa en la misma entrada de su casa, comienzan a aparecer los primeros comensales. Es gente en situación de calle que, motivados por el aroma del guiso de pescado con arroz, comienzan a formar la fila en el oculto pasaje.
La mujer, que se levanta cada día a las 5 de la madrugada para cocinar, acotó que durante la última semana, la demanda de raciones alimenticias se redujo. "Muchos cobraron su 10% y están mejor, pero siguen viniendo varias personas. Las más vulnerables, mucho abuelito y gente de la calle. Hoy (a las 13.15 horas), ya van 47 raciones entregadas", comenta.
La organizadora de la olla común de la junta de vecinos Manuel Rodríguez (actualmente apoyada también por la junta de vecinos Punta Angamos), Paulina Maldonado, explicó que fue precisamente la gran necesidad de las personas en situación de calle, lo que la llevó junto a su familia, a levantar un comedor solidario, hace tres semanas.
"Nos dimos cuenta que había mucha necesidad entre las personas. Así que comenzamos junto a la familia y con apoyo de la junta de vecinos Punta Angamos, a hacer ollas comunes todos los días, sin descanso (...) quienes más viene son gente en situación de calle", manifestó.
La mujer explicó que todos los alimentos y materiales con los que trabajan son auto gestionados entre los mismos vecinos organizadores. "No hemos recibido ayuda, ni del gobierno ni del municipio. Solo ayudas particulares".
Su padre, Paulino Rivera, de 68 años, comentó que "pueden venir todos, no importa nada más que el hecho que quieran comer. Da lo mismo si vive en la calle o están pasando por un mal momento".
Otro caso
Sandra Ayala Rojas, presidenta de la junta de vecinos de Villa El Mirador, ubicada en el sector norte, explicó que quiso ayudar a sus vecinos, en este caso yendo a buscar colaciones a la olla común Félix García (a unos siete minutos de distancia) para repartir en su barrio, principalmente a abuelitos y gente que vive en la calle.
"Llevamos dos meses repartiendo colaciones. Empezamos con 10 raciones, pero ya vamos en 56. Hay mucha gente con necesidad, muchos abuelitos y gente en situación de calle, sobre todo. Cuando se trata de gente adulta mayor, pasamos a su casa a dejarlas las colaciones. El resto de las personas tienen que venir a mi casa a buscar su alimento", explicó.
Ayala dijo que pese a que la demanda de colaciones disminuyó levemente en comparación con la semana pasada, está consciente de que hay personas que no tienen, ni tuvieron ningún tipo de beneficio (10% o ayuda estatal) y por ende las siguen necesitando.
"Sé que si dejara de hacer esto, de ir a buscar y repartir las colaciones, ellos (abuelitos y gente en calle) no tendrían qué comer o con qué hacer el almuerzo del día. Yo como presidenta de la junta de vecinos, sé la necesidad que existe y sé que hasta el momento, no ha llegado nadie del gobierno a ayudar. Estamos nosotros ayudándonos a nosotros".