Violencia contra la mujer
El caso de Antonia Barra vuelve a poner en el debate el potente reclamo femenino: la demanda por vivir sin amenazas ni miedo en su contra. Los insultos, las humillaciones, los gritos, los empujones, arrojarse cosas, hasta llegar a las agresiones físicas, son parte de una escalada recurrente entre las víctimas. Algo que puede ser erradicado.
Un grupo transversal de parlamentarios presentó un proyecto de ley que busca aumentar las penas para los responsables de violencia de género y potenciar la ayuda a las mujeres que sufren de ataques de distinta índole en el país, promoviendo su protección, a raíz de la connotación que ha tenido el caso de la joven Antonia Barra, quien se suicidó en la Región de La Araucanía tras un episodio de violación.
A juicio de los proponentes, las víctimas de abuso o violación requieren de una mayor y mejor protección de parte de los organismos del Estado, resguardando la privacidad de su identidad, con el fin de que además no sean expuestas ante la sociedad, ya que esto representa una forma de revictimización. Asimismo, se ha solicitado que los delitos de agresión sexual no prescriban antes de diez años y que el imputado sea considerado un peligro para la sociedad y por lo tanto sea sometido a prisión preventiva mientras dure la investigación, cuestión que sin duda generará debate con quienes plantean que hay que garantizar el principio de inocencia, hasta que en el juicio se demuestre la culpabilidad. Del mismo modo, piden que se considere la tipificación del delito en el caso de víctimas que se suicidan como consecuencia de un episodio de agresión o de violación.
Pese a las insistentes campañas que se han desarrollado en el país durante los últimos años, los ataques a mujeres por parte de sus maridos, parejas, convivientes o pololos no han cesado, incluso hasta llegar al femicidio, que es la forma más extrema de violencia. La observación de la mujer como un objeto parece ser la raíz de un asunto inaceptable.
En lo que va del año, se contabilizan 20 casos consumados de femicidios en el país y 66 frustrados. Es necesario conversar estos temas en las familias, con el fin de inculcar en los niños y jóvenes el respeto que debe existir en la relación de pareja. En una sociedad donde el machismo se encuentra tan arraigado, estos son comportamientos difíciles de modificar, lo que de ninguna manera justifica la violencia verbal o física, porque las relaciones deben sostenerse en la confianza y en el respeto de la libertad individual.