El regalo de la pandemia
"A futuro nos dejará enseñanzas concretas, transformándose en última instancia en un verdadero regalo". Ricardo Landaeta Le-Fort, Psicólogo y académico Facultad de Psicología USS
Muchas familias por estos días estamos cumpliendo dos meses de encierro en nuestros hogares producto de la pandemia del Covid-19. Abundan artículos y reportajes acerca de cómo el cumplir múltiples roles desde nuestras casas no nos es indiferente y, en muchos casos, nos afecta emocional y físicamente. Cuántos de nosotros hemos escuchado a algún colega, amigo o familiar quejarse del mal dormir, del mal comer o de algún problema relacional asociado al encierro.
Sin duda que dichas consecuencias constituyen aspectos negativos del confinamiento. Es más, esta condición de estar en nuestros hogares sin poder hacer vida normal claramente no es la deseada. La frase cuando esto pase ya se está transformando prácticamente en un cliché. Ciertamente no sabemos cuándo esto pasará, dando lugar a una nueva realidad post pandemia. Mi reflexión recae precisamente sobre esto: ¿no será tiempo de enfrentar esta realidad con otra mirada, una mirada desde la aceptación y menos desde la negación?
En muchas ocasiones, mis pacientes, luego de algunas sesiones de psicoterapia, comienzan a reflexionar acerca de cómo el quejarse, batallar o patear la perra (todas ellas estrategias utilizadas para afrontar una realidad que no les acomodaba) no les trajo ningún beneficio. Por el contrario, sentían que se desgastaban emocionalmente tratando de cambiar lo que estaba fuera de su alcance. Usualmente suele pasar que, al no estar satisfechos con algo, un trabajo, una pareja, una política gubernamental, es decir, al no aceptar la realidad se producía un estado de insatisfacción.
Entonces la invitación es a ver el fenómeno desde otra perspectiva, la perspectiva de la aceptación, siendo una estrategia para ello enfocarse en el lado positivo de las cosas. ¿Le ha traído algún beneficio quedarse en casa todo este tiempo? Al menos en términos personales, entre el teletrabajo y las labores del hogar, he podido conectarme con mi familia como hace tiempo no lo hacía y he disfrutado con mi hija de juegos o tareas de una manera distinta. También he oído y leído acerca de cómo mucha gente se está reconectando con su familia o se junta a pasar un buen rato con los amigos, esta vez utilizando las herramientas tecnológicas como Zoom o Skype.
Las posibilidades que nos está dando la tecnología nos abre a opciones cada vez más cercanas y a la vez ecológicas. No es tan disparatado pensar un futuro donde las conferencias académicas y encuentros profesionales sean distancia, sin tener que viajar en avión. La cuarentena y cierre del comercio nos invitan a replantear también nuestros gastos, a repensar lo que realmente se necesita y no comprar para llenar vacíos emocionales. La disponibilidad de información global instantánea nos permite conocer otras realidades, cuestionando nuestra propia realidad. Por último, en las crisis la creatividad se pone a prueba y nacen nuevos emprendedores y servicios.
Y tú, ¿qué otros beneficios ves en todo lo que está pasando hoy? Te dejo la invitación a agradecer la crisis, ya que nos trae nuevas posibilidades y a futuro nos dejará enseñanzas concretas, transformándose en última instancia en un verdadero regalo.