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"Partimos muy bien": el balance del primer día de la ciudad en cuarentena

MEDIDA. Pocas personas, intensos controles en el centro y supermercados vacíos, marcaron la jornada.
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Como si se tratase de la cuenta regresiva del nuevo año, muchas familias siguieron en silencio el conteo de los pocos segundos que restaban para que se marcaran las 22 horas del martes, momento en el cual empezaba a imperar en Antofagasta y Mejillones la primera cuarentena total de la historia de estas ciudades.

Ya durante la mañana del miércoles los efectos de esta restrictiva medida eran apreciables en las zonas que suelen ser las más atestadas de la capital regional. Pocas personas en las calles, pocos vehículos y la locomoción colectiva vacía en su mayoría, fue lo que se encontraron los pocos que salieron al exterior.

Asimismo, parejas de carabineros, militares y personal de la Armada se paseaban por distintos puntos de la ciudad solicitando permisos de tránsito o salvoconductos a peatones, ciclistas y automovilistas.

Si bien este era el resultado que se deseaba, no era lo esperado, pues se creía que a la gente le iba a costar acatar la medida. Esto lo dijo el mismo jefe de la zona de emergencia, general José Miguel Aguirre, que en su balance de ayer manifestó que "nos fue mejor de lo que esperábamos".

Centro de Antofagasta

El tiempo para esperar una micro del transporte público demora un poco más de lo normal, dado a las pocas máquinas que se encuentran circulando. Más expedito fue con los taxis colectivos. También son pocas las personas que esperan subirse a alguno en las esquinas.

Los que sí esperaban una micro se encontraban ataviados con trajes parchados con logos empresariales y casi todos calzando botines de seguridad.

De no ser por algunos pocos trabajadores de limpieza y mantención de áreas verdes de Paisajismo Cordillera, el Parque Japonés y todo el tramo de avenida Brasil se hubieran encontrado vacíos. Solo un par de militares haciendo la guardia a la altura del quiosco de la retreta del parque Brasil se diferenciaban del personal de aseo.

En el Mercado Municipal, en su cara hacia calle José Santo Ossa unos pocos vendedores de frutas, verduras y abarrotes estaban reclinados en sus sillas esperando a algún cliente. Hace un par de días en aquel mismo tramo no se podría transitar por la cantidad de personas que atiborraban la estrecha vereda.

En la Plaza Sotomayor el escenario era más menos el mismo y más sorprendente lo fue en los paseos peatonales de Prat y Matta. Estos si bien previo a la cuarentena se encontraban repletos del comercio ambulante y peatones, ayer solo había parejas de carabineros y del Ejército solicitando los permisos correspondientes a los pocos que por ahí deambulaban.

"Hasta el momento no hemos detenido a nadie. Todas las personas que nos ha tocado controlar andan con sus permisos individuales temporales", dijo lacónicamente un militar que hacía la guardia frente al monumento "El alma del pueblo", ubicado en el paseo Prat entre Condell y Latorre, tramo que tal vez desde los tiempos de Juan López no se veía tan vacío.

En este aspecto hay que advertir que no basta con mostrar una vez a las fuerzas armadas el permiso correspondiente para que lo dejen transitar. Un segundo grupo le puede volver a solicitar el permiso, e incluso un tercero y cuarto. Cada uno de forma autónoma, solo corroboran que se respete la cuarentena. Así también para los automovilistas quienes son controlados cada cinco cuadras. Queda exento el transporte público.

Sin filas

Todos los supermercados ayer se encontraban abiertos, todos con guardias privados de cada cadena, parados en el ingreso tomando temperatura y rociando alcohol gel en las manos de los compradores. La diferencia es que no había filas ni en las puertas ni en las cajas.

Ni siquiera en los grandes supermercados del centro.

Fernanda Coleoni era una de las pocas compradoras al interior del Tottus del centro. "Sabía que esto iba a pasar. Cuando vi por las noticias las largas filas que se hicieron el lunes decidí esperar hasta hoy (ayer) total dijeron que no cerrarían los súper. Imaginé que ahora no vendría nadie y así fue. Salir el lunes o el martes habría sido solo venir a exponerme", dijo.

El terminal pesquero también se encontraba abierto, pero vacío en su totalidad. Pescadores y vendedores aguardaban en sus puestos a algún cliente. Fuera del local, todo era silencio y el ruido de algunos vehículos transitando.

Además los lobos marinos que solían ser alimentados por quienes llegaban al terminal pesquero salieron del agua y ahora toman el sol echados a lo largo de las escaleras que rodean la poza histórica. Se sentían a sus anchas.

Ayer el general de zona José Miguel Aguirre destacó este primer día de comportamiento -tanto en Antofagasta como en Mejillones- agregando además que en la noche en que se inició la cuarentena solo hubo 14 detenciones por infracción al toque de queda en la ciudad, cifra inferior a la acostumbrada.

Al respecto, la autoridad expresó que "estimo que partimos muy bien, mejor de lo que yo esperaba, hay poca gente circulando y mi apreciación es que estamos llevando muy bien hasta el momento la cuarentena y esperamos seguir así".

"Cuando vi por las noticias las largas filas que se hicieron el lunes decidí esperar hasta hoy (ayer), total dijeron que no cerrarían los súper"

Fernanda Coleoni, compradora

"Hay poca gente circulando. Mi apreciación es que estamos llevando muy bien hasta el momento la cuarentena y esperamos seguir así"

José Miguel Aguirre, general de zona de emergencia