Cristian Castro Orozco
La llegada de cientos de bolivianos, y en menor medida peruanos, que intentan regresar a sus países, pero quedan varados en el norte chileno por el cierre de fronteras, reveló otra de las dimensiones de la pandemia de coronavirus que nos afecta.
Muchos de ellos perdieron sus fuentes laborales en la zona central y ahora se mantienen una especie de limbo, sin poder retornar a sus países, pero a la vez sin posibilidad de solventarse en un país extraño.
Pero tampoco están solos. Municipalidades chilenas, asistencia consular y la gestión y apoyo de la Oficina Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente de Naciones Unidas, han sido fundamentales para que estas personas accedan hospedaje, alimento y asistencia médica mientras se busca una solución.
En esto ha destacado la labor de Víctor Flores Dañobeytía, encargado local de la OIM, quien se ha hecho presente en los puntos de mayor conflicto para verificar la condición de los "varados".
Situación
¿Qué situación se ha presentado en la macrozona norte en vista del cierre de fronteras?
-Bueno, si analizamos las principales regiones del norte grande, en Arica se produjo una situación con una cantidad de ciudadanos peruanos cuya mayor parte fue atendida por el propio consulado de ese país, que contribuyó a proveerles alojamiento y alimentación en coordinación también con las autoridades locales y otras organizaciones. En Iquique y Antofagasta se ha caracterizado por la llegada de grupos de ciudadanos bolivianos que por el cierre de fronteras decretado por ese país, no han podido regresar, por lo que se han aglomerado, en el caso de la Región de Tarapacá, en el interior, particularmente Huara y Colchane. A este punto llegaron más de 800, los que fueron trasladados a Iquique y ahora están albergados en el Liceo Bernardo O'Higgins.
Pero además llegó un grupo de alrededor de 200 personas que se instaló frente al consulado de Iquique. Para ellos el viernes la Municipalidad de Iquique habilitó un refugio en el Estadio Cavancha. No es un albergue pero pueden pernoctar en ese lugar.
¿Y en la Región de Antofagasta?
-Se nos presentó una situación que ya conocemos, en que las autoridades, particularmente, la gobernadora provincial y el general de zona, abordaron la situación de unos bolivianos varados en el terminal de buses. Ellos fueron llevados hasta el Liceo Industrial y se nos pidió como OIM prestar apoyo a las familias más vulnerables con alojamiento temporal, cosa que estamos haciendo en un hotel céntrico de la ciudad.
Además, en el caso de la región de Tarapacá, la OIM apoyó con alimentación a las personas y en Colchane entregamos carpas y frazadas para mitigar el frío a casi 4.000 metros de altitud. Y en el albergue en Iquique estamos proveyendo alimentación. Ese es el cuadro general de personas varadas en esta situación de Covid.
¿Hay otras nacionalidades?
-Hay algunos grupos menores, siete peruanos en Antofagasta, algunas personas de Colombia también, pero el grueso son ciudadanos bolivianos y peruanos.
Recién hablaba de más de 800 en el albergue en Iquique, ponderando la cifra de todos en la macrozona norte, ¿de cuántas personas estaríamos hablando?
-Según nuestras cifras, hay unos 1.500 extranjeros que se encuentran 'varados' en la macrozona norte.
¿La OIM puede realizar gestiones con los consulados extranjeros para facilitar una solución a esas personas?
-Las relaciones entre los gobiernos las han llevado los propios Estados a través de sus cancillerías. Nosotros como organismos de las Naciones Unidas, nos ponemos a disposición de los gobiernos para apoyar. La OIM no solo actúa en Chile, también en Bolivia, donde asumió un rol en la administración de un campamento que habilitó el gobierno de ese país para que los trasladados desde Chile realicen la cuarentena. El viernes salió el primer grupo de cerca de 450 personas que fueron trasladadas de Huara.
Además la OIM y el Sistema de Naciones Unidas han hecho presente ciertos principios que es importante no olvidar, que son que las personas tienen el derecho de retornar a sus países sin perjuicio de las medidas que hayan tomado sus países por razones sanitarias. Y este derecho de retorno debe primar. Y como OIM valoramos las medidas que han tomado algunos países latinoamericanos, entre ellos Chile, que apunta a subsanar las dificultades que se producen por la situación migratoria.
¿No han registrado casos de coronavirus en población migrante?
-Hasta ahora no. Las autoridades en Iquique y Antofagasta han dispuesto medios para tomar la temperatura y realizar controles sanitarios. De hecho en Antofagasta se realizaron vacunaciones para enfrentar la influenza y en Iquique personal de Salud ha realizado controles en los albergues.
Trabajadores
Ustedes que han estado ahí prestando asistencia directa, ¿qué tipo de perfil tienen estos inmigrantes varados?
-Para caracterizarlos rápidamente podemos decir que es gente que en promedio tiene entre 25 y 35 años, hay pocos casos de menores de 18 años y de adultos mayores. Además podríamos decir que hay una prevalencia de población masculina. Las razones por la que buscan volver a su país son: primero porque ingresaron a Chile a trabajar por la temporada en sectores agrícolas. Hay otro grupo menor de personas que llevaban tiempo trabajando en Chile en otras áreas pero producto de la contingencia perdieron sus empleos y quieren retornar a su país. Y ya como un tercer grupo, algo bastante menor, personas que prefieren pasar esta cuarentena o crisis sanitaria con sus familiares.
¿Qué se está gestionando actualmente con los gobiernos de Perú y Bolivia?
-Hemos visto un trabajo muy activo de parte de la cancillería chilena con sus pares de Perú y Bolivia. El sábado la canciller boliviana hacía referencia a la conversación con el gobierno chileno respecto a estos grupos que están en Iquique y Antofagasta, y se avanza para que cumplan su cuarentena en Chile total o parcialmente, y podrían ir siendo trasladados al campamento ubicado en Bolivia. Entonces valoramos ese esfuerzo, pero valoramos además el aporte de personas particulares y desinteresadas de Chile que prodigan ayuda, lo que habla de que siempre ha existido una solidaridad entre estos países vecinos.
"Las personas tienen los derechos de retornar a sus países sin perjuicios de las medidas que hayan tomados sus países por razones sanitarias. Y este derecho de retorno debe primar".
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