Días de pandemia y educación
"La educación pública necesita brillar, necesita esparcir los desayunos al primer amanecer". "Estimamos que el intendente debe conformar una Mesa Social Regional COVID-19".
Nuestro país persigue un sueño, un Estado que regale bienestar y seguridad, se trata de construir una casa en la cual las reglas sean claras y aplicables para todos y todas. Dentro de la casa las personas se ocupan del valor de coexistir en igualdad de trato, en condiciones de vida que aseguren oportunidades. En este sueño, todos en la familia se sienten parte de ella. La familia valora que, al enfermarse, producto de una pandemia, por ejemplo, se sientan protegidos. La casa les entrega bienestar, oportunidades y desarrollo. Estudiar no significa ruina y tristeza para nadie, educarse es parte del proyecto de familia, ser mejores personas, ser mejores ciudadanos, mejores cada día para su barrio y su país.
En este sueño, los jóvenes y niños juegan a correr por el pasillo y los jardines de la casa. Añoran el día del colegio y la universidad, una educación pública que les pertenezca, donde la experiencia de aprender sea libre y fascinante.
En esta casa soñada, todos y todas tienen acceso a plataformas que les permiten bienestar y seguridad. El profesor, es inmensamente feliz en su escuela y universidad pública…se hace parte de sus ilusiones. En este sueño, el profesor regala alma con lenguaje, les regala el tiempo para que la pobreza sea un mal recuerdo, un abismo que se olvidó mientras se perdía miedo a la enfermedad, se perdía el miedo a expresar su libertad en clave de derechos y deberes.
Los padres de todos y todas piensan educación y se preguntan en época de enfermedad ¿cuál es el espacio del estudiante? ¿un espacio impregnado de comunidades, de aprendizajes, de discusión sobre las ilusiones y los sueños futuros? Los padres de todos y todas sueñan educación… pero sin hambre, sin sudores y preocupaciones por el virus de turno o el desayuno de niños que nos recuerdan el abismo, nuestra desigualdad que ofende hasta el empresario más devoto.
Las paredes de las escuelas y universidades del desierto crujen, se iluminan con la didáctica del pueblo, la supervivencia, con la verdad, con la música desenterrada que transfiere cultura y esperanza, con la poesía que emerge de las garantas asfixiadas, traslúcidas de tanto virus que nos deja en evidencia.
La escuela y la universidad pública reclaman contra la injusticia del niño y el joven, el que no accede a los sueños de la red en épocas de pandemia. Reclamamos vacantes, luz y fibra óptica para fortalecer la esperanza y la imaginación. La educación pública necesita brillar, necesita esparcir los desayunos al primer amanecer y dejar caer la miel sobre cientos de cabezas que no sobran.
COVID-19: transparencia y descentralización
Diversos expertos del ámbito sanitario han alertado sobre el peligroso ocultamiento de información relevante de parte del Gobierno Central en torno a la pandemia por COVID-19 que estamos enfrentando. Urge por tanto que las autoridades transparenten todos los datos que tengan disponibles para conocer la real situación de cada región y comuna. Por ejemplo, se desconocen las necesidades no cubiertas de exámenes de pesquisa en la población, cuyos datos permitirían proyectar las cifras de casos detectados hasta ahora, mejorando así las posibilidades de decisiones preventivas más pros activas y oportunas. Además de lo anterior, se hace muy necesaria una mayor cuota de descentralización, ya que es notorio el excesivo centralismo en la toma de decisiones y la total falta de voluntad política de las autoridades nacionales para escuchar y enfrentar la situación con sentido de pertinencia territorial. La falta de empatía con los Municipios es el mejor ejemplo de aquello.
Ante esta realidad, estimamos que el intendente debe conformar una Mesa Social Regional COVID- 19, que permita enfrentar esta pandemia con mayor transparencia, de cara a la ciudadanía, y con pertinencia locaI. La referida mesa podría mejorar nuestro diagnóstico, a fin de que se tomen las medidas que la región necesita de acuerdo a su propia realidad, matizando o corrigiendo las acciones instruidas por el nivel central que acá carecen de efectividad, u otras que son necesarias pero que ni siquiera son percibidas en La Moneda. Se requiere un liderazgo regional con una gobernanza pertinente, participativa e inclusiva, que convoque y articule la visión de la sociedad civil organizada, del sector público y privado, de la academia y del mundo político, entre otros, con foco regional y comunal.
Aun no es tarde para una iniciativa como esta, pues creemos que así se estará en mejores condiciones de enfrentar el pick esperado, pues de acuerdo a los datos oficiales, la tasa de incidencia regional se acerca aceleradamente a la del país: al 6 de abril, en la región habían casi 10 personas contagiadas por cada 100 mil habitantes y 26 en el país; mientras que tres días después, al 9 de abril, estas cifras ascendieron a 16 personas y a 34 contagiadas por 100 mil habitantes respectivamente.
Proponemos que esta mesa parta abordando dos graves problemáticas sociales que nos aquejan y que constituyen factores de riesgo graves en el contagio del COVID-19, como lo es el hacinamiento crítico y la existencia de un gran número de campamentos; problemáticas que implican precarias condiciones sanitarias para más de 27 mil familias identificadas y catastradas de la región, según datos de Desarrollo Social 2017. Una iniciativa así, permitiría planes de acción focalizados, integrales y participativos, destinados a abordar esta crisis con un sentido de inclusión, equidad social y de no discriminación, lo que finalmente va a redundar en un bienestar general de la comunidad. Priorizando el cuidado de los más vulnerables finalmente se facilita el cuidado de todos.
Pablo Camus
Decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antofagasta
Lila Vergara Picón
Presidenta PPD Región Antofagasta