Mascaradas
"El mercado puede devorar enormes proporciones de nuestros ahorros pero nosotros no podemos disponer ni un peso de ellos". César Trabucco, Sociólogo
Los tiempos, sin lugar a dudas, no están para realizar estas fiestas con que todos celebran la llegada de la primavera. Venecia suspendió una de las más famosas y que han dado origen a las máscaras más celebradas en términos de originalidad. Los tiempos mandan, con su urgencia y dramatismo, dejar para después celebraciones a la vida.
En nuestro país sin embargo se ha estimado por parte de algunos que es posible hacer la fiesta y continuar desembozadamente con el uso de máscaras con tal de hacer la ganancia.
Las AFP se han transformado en la industria que marcha en el primer lugar del desfile carnavalesco. A la demanda de que los afiliados pudieran retirar el 5 % de sus fondos para abordar la crisis actual respondió de inmediato que eso sería catastrófico pues en el futuro significaría bajar las pensiones. Que dicen respecto de que los fondos en estos últimos meses hayan registrado pérdidas entre un 30 y un 10 %, el que menos? ¿No les parece a ellos que eso bajara mucho más las pensiones? La verdad es que se cuida el sistema financiero detrás de los fondos más que las necesidades de los afiliados. El mercado puede devorar enormes proporciones de nuestros ahorros pero nosotros no podemos disponer ni un peso de ellos. A sacarse la máscara.
Las isapres, otra creación del modelo, en medio de una crisis a la cual ellos ,teóricamente, deberían ser los primeros en responder lo han hecho pero subiendo los precios, lo posponen unos meses en una comedia que se arma en la moneda, pero la verdad que ellos son un negocio que además de ganar cantidades fantásticas vía integración vertical con clínicas dejan así al desnudo que los de ellos es una industria de la enfermedad que lucra con los sanos y desecha a los enfermos, La tercera edad en este momento crítico. A sacarse la máscara.
Las instituciones educacionales, desde el parvulario hasta la superior, han continuado demandando sus aranceles y mensualidades detrás del pretexto de clases en línea. ¿Cuántas de ellas tienen plataformas virtuales, robustas, que estén a la altura de las circunstancias? ¿Cuantos de sus alumnos tienen la capacidad tecnológica de acceder a esta metodología? La respuesta da espacio para la manifestación más brutal de las desigualdades en el alumnado. Así se desnuda el carácter de negocio que la gran mayoría de ellos representa y que asume públicamente el rector de la universidad del desarrollo. A sacarse la máscara.
En las actuales circunstancia lo único que podemos aceptar son mascarillas que detengan la pandemia pues las máscaras lo único que hacen es ocultar un sistema que tiene a lo público relegado al final de la cola pero que en realidad es lo único que hasta ahora ha tratado de levantar una respuesta coherente.
¿El mercado y sus sacrosantas leyes? bien gracias.