¡Chapeau Ángela Merkel!
"Veo con esperanza que mujeres profesionales con liderazgo con carácter y corazón levantemos la voz". "Estaremos patrullando para que esto no sea visto como una oportunidad por los delincuentes".
En pleno siglo XXI mientras las mujeres seguimos pugnando por equidad, emerge -en una crisis que está modificando dramáticamente la vida de cada uno de nosotros- una mujer de carácter, con la suficiente sabiduría como para liderar un momento que no necesita de anécdotas, ideas pequeñas, acciones individualistas, ni mezquindades políticas.
En tiempo de coronavirus en el que todos estamos llenos de interrogantes y preocupaciones acerca de lo que vendrá, Angela Merkel plantea con absoluta transparencia lo que el gobierno alemán está haciendo, lo que puede realizar y lo que no podrá prometer, ni asegurar.
Si aún no ha podido escuchar o leer su discurso, se lo recomiendo. Me parece una provocadora señal que sea una mujer la que -con tanta claridad- levante la voz para iluminar y dirigir con determinación un momento como éste.
En su discurso a la nación, la canciller alemana, transparentó y explicó decisiones políticas y se sinceró: "Enfrentamos el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial", "la situación es seria", el "desenlace está abierto" apelando a la solidaridad y al aporte de cada ciudadano para superar la epidemia: "somos una comunidad en la que cada vida y cada persona cuentan".
Y no les niego, me enorgullece como mujer profesional escuchar sus palabras desde nuestro Chile, donde -salvo maravillosas excepciones- anónimo sigue siendo nombre de mujer. Porque es un nuevo impulso a poner sobre la mesa un tema majaderamente escrito, pero no por ello carente de evidencia. A modo de ejemplo les dejo un nuevo antecedente dado a conocer recientemente por el PNUD en el informe del Nuevo mapa del poder y género en Chile (1995-2018).
En dicho estudio se analizan los cambios al interior de la sociedad chilena en cuanto al acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisión en el poder político, social y económico.
Y si bien da cuenta de una mayor presencia femenina en dichos ámbitos, las mujeres apenas ocupamos un cuarto de los puestos de poder: tenemos una presencia del 26% en el mundo político, 27% en el social y un escaso 9% en el económico. Es decir, la gran mayoría de los cargos de poder continúan en manos de los hombres. Dicho de otra forma, la elite que conduce los destinos del país continúa siendo masculina.
Por ello y en tiempos de incertidumbre, veo con esperanza que mujeres profesionales con liderazgo fuerte y decidido, con conocimiento, carácter y corazón levantemos la voz, reaccionemos y al mismo tiempo nos permitamos la necesaria reflexión para volver a pensar en aquel llamado que Gabriela Mistral hiciera en un lejano marzo de 1906 y que permanece demasiado vigente todavía:
"Instrúyase a la mujer, que lleve una dignidad más al corazón por la vida: la dignidad de la ilustración. Que algo más que la virtud le haga acreedora al respeto, a la admiración, al amor".
Adiós, querido Mariano
Tuve la ocasión de conocerlo hace algunos años, cuando intentábamos promover la formación de comunidades cristianas en campamentos, al alero de Un Techo para Chile, y lo invitamos a que nos compartiera su experiencia. Cuando le preguntamos a Mariano Puga, el cura obrero, por su ideal de sociedad, tomó el libro de los Hechos de los Apóstoles y leyó el relato de la primera comunidad cristiana, reconocida por elementos fundamentales: la oración en común; el partir el pan; el poner a disposición de las necesidades de los demás los bienes propios; el permanecer unidos por la fe y la alabanza a Dios.
En este momento en que lo despedimos, es justo recordarlo como alguien que habiendo nacido en cuna de privilegiado, a lo largo de su vida se fue despojando de esos privilegios, queriendo seguir a Jesús de Nazaret, su Maestro y Señor. Mariano es además hijo de la Iglesia que dio vida al Concilio Vaticano II y a sus concreciones en América Latina, las conferencias de Medellín y Puebla. Desde su compromiso con la renovación litúrgica; como párroco en Pudahuel, La Legua, Villa Francia o Colo en Chiloé; como animador de comunidades cristianas de base Biblia en mano, pintor de brocha gorda, obrero, entusiasta acordeonista, su vida ha sido fuente de consuelo e inspiración para muchísimos hombres y mujeres, incluso más allá de los márgenes de la Iglesia Católica.
Junto a su inseparable amigo Pepe Aldunate y a muchas otras personas participó activamente en el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo y muchas otras instancias de defensa y promoción de los derechos humanos.
Todo eso se le devuelve hoy en las miles de expresiones de cariño y admiración que hemos conocido en estos días de su muerte. De acuerdo con ellas y todo lo que hemos visto y oído, es posible reconocer en Mariano Puga a un testigo de Jesús y su Evangelio, predicado y practicado especialmente entre los pobres.
Que su testimonio nos inspire en esta crítica hora de nuestro país y de la Iglesia, para que se conviertan nuestros corazones, nuestras vidas y nuestras instituciones a todo aquello que trae vida en abundancia.
José Francisco Yuraszeck Krebs
S.J, Capellán General del Hogar de Cristo
Esther Croudo
Directora ejecutiva Alianza por Antofagasta