No hagamos distingo en DD.HH.
"A tal extremo que el que "baila pasa" se tomó las calles como si estuviéramos en la Alemania nazi (allí era una práctica fascista)". Paulina Núñez, Diputada de la República
Hace unos días se produjo una discusión entre consejeros del Instituto Nacional de Derechos Humanos y se abrió, una vez más, el debate sobre el rol de este organismo y un posible cambio normativo para querellarse también frente a agresiones que afecten a los policías o que se produzcan entre particulares.
Esto porque tradicionalmente se ha sostenido que es el Estado, los agentes del Estado, quien viola los derechos humanos. Todos los antofagastinos que vivimos la ciudad, y a esta altura todos los chilenos que se han enterado a través de los medios, podemos dar fe que hay violaciones a los derechos ciudadanos casi cada día desde el 18 de octubre en la comuna, en que muchos de nuestros compatriotas han perdido su trabajo, negocios, se les ha impedido circular libremente, las barricadas se han normalizado y las quemas han destruido propiedad pública y privada.
La fuerza pública ha quedado sobrepasada frente a un grupo de violentistas que atentan contra la autoridad y sus propios vecinos sin ningún pudor ni temor porque como dijo un amigo no tienen nada que perder.
En el fondo hay un problema real de la sociedad, lo reconocemos, pero nada justifica la violación a los DD.HH. de los derechos ciudadanos de todos. Es inaceptable la violencia venga de donde venga, por eso debemos empezar a considerar una mirada mas amplia en materia de DD.HH. tomando en cuenta la perspectiva de su titular, considerando a la personas a quien se le violaron sus derechos y no sólo de quien viola los derechos humanos, del Estado en este caso, como tradicionalmente se ha interpretado.
Entonces, ¿cuál es el rol que debe jugar el INDH? Si su mandato legal es "la promoción y protección de los derechos humanos de las personas que habiten en el territorio de Chile", no es acaso el Estado el ente llamado a proteger los DD.HH. de todos los ciudadanos, en contra de todas las amenazas que se presenten vengan de donde vengan?.
El art.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos contempla la obligación de los estados de respetar los derechos y de garantizar su libre y pleno ejercicio. La Corte Interamericana ha señalado que la obligación de garantizar "presupone el deber del Estado de prevenir violaciones a los derechos humanos, inclusive aquellas cometidas por terceros particulares" (Corte IDH. Caso López Soto y otros vs Venezuela. Sentencia de 26.09.2018).
El INDH debe ampliar su rol, siendo capaz de defender a todos quienes cuyos DD.HH. hayan sido lesionados por terceros ajenos al Estado, porque son derechos comunes independientemente de quien los vulnere.
Nuestra realidad ha cambiado bruscamente y es el momento de atender el llamado de todas las personas y no seguir normalizando lo impensable. Los DD.HH. no tiene color político, no hacen distingo de ningún tipo.