Festival
El Festival de Viña del Mar dio el vamos. Sin embargo, pareció ser el festival de la violencia. Incendios y destrucción de parte de la ciudad jardín fueron el preludio de lo que luego lo reivindicaría. Stefan Kramer, comediante nacional de grandes imitaciones y éxitos, ayer acuchilló nuestra democracia. No solo hizo una apología de la violencia, sino que reivindicó hasta decir basta a la "primera línea". Casi en un tono sacramental o divino.
Niño símbolo de la corrección política, no se atrevió en ningún momento a deslizar alguna crítica al vandalismo que ya ha dejado a más de 300.000 personas sin trabajo. No es aceptable que como sociedad valoricemos este tipo de actos, sino que los condenemos y busquemos en el humor un espacio de entretención, pero no a costa de relativizar nuestra alicaída democracia y sociedad.
José Luis Trevia
Kramer I
Y el monstruo del festival, no se "comió" a Kramer. ¿Qué pasó?, ¿Por qué sus colegas en otros festivales no tuvieron igual suerte, con los pares del monstruo? ¿Qué hizo de nuevo?
La receta de Kramer fue, estudiar al monstruo, leyó muchas encuestas, revisó sus gustos culinarios, eligió con pinzas los ingredientes de la merienda que le preparó para "entretenerlo", todo bien sazonado, a punto, no recocido, ni salado, raya para la suma, Kramer le dio al monstruo, lo que el monstruo quería, nada al azar, nada de redescubrir la rueda, una sandía calada, la mejor prueba, es que las poquísimas veces que le dio "derechamente" para comer otros sabores que no le agradaban, lo pifió de verdad.
Ojalá que sus colegas humoristas, porque algunos olvidan que Kramer fue contratado como humorista, que lo seguirán, las otras noches, aprendan la lección de principio a fin, y no terminen siendo "faenados" por el mítico monstruo, que conste, que se los dijimos.
Luis Enrique Soler Milla
Kramer II
El humor debe ser libre. Habla muy bien de un país, que tenga una capacidad de reírse de sí mismo, de sus problemas, de sus autoridades. El humor sana, descomprime y eso lo hizo muy bien Stefan Kramer.
Tampoco hay que ser tan literal, con lo que planteó en su rutina. Es un humorista, no un presidente, el Papa o un alto delegado de la ONU, es alguien que, del momento que vive el país, sacó una historia bastante ingeniosa y que a mí me hizo reír.
Andrea González P.
Manifestaciones
Sólo pena se siente al escuchar a convocantes llamando a manifestarse tanto en Santiago, como en otras ciudades, "sin solicitar la correspondiente autorización", a sabiendas que llegados al sitio de la convocatoria alterarán el orden público y darán pábulo para el accionar destructivo de encapuchados -coordinados todos a través de las redes sociales-, e "importándoles un comino" el derecho a la tranquilidad de la mayoría de la ciudadanía, que ya se está "cabreando" de tanto vandalismo.
Así las cosas, circunstancias y bravatas, tontamente esperan que el gobierno, mediante las FF.EE. de Carabineros, les garantice "el pacífico" ejercicio de su "derecho de libertad de expresión" que invocan. No respetan el orden establecido, pero exigen respeto para su desacato, rebelión, "desobediencia civil".
¿Cómo serán en sus hogares? ¿No hay reglas que cumplir en ellos? ¿Han devenido en miembros de una familia -matrimonial o "concubinática"- desintegrada, y sin respeto ya, en la que cada uno hace lo que quiere? ¿Autosatisfacen sus necesidades básicas? ¿De dónde sacan los medios económicos para ellas?
Jorge Saavedra Moena
Primer día de clases
El ingreso escolar, es siempre un factor de estrés y ansiedad, tanto para los niños como para sus padres.
Lo principal, en términos de anticipación y organización en las familias que se enfrentan a este hecho por primera vez o les es una aprensión importante, es no transmitir a los menores las preocupaciones y aprensiones del adulto.
Aunque este hecho parezca difícil, se pueden seguir algunas sugerencias como conversar el tema con los menores, desde lo positivo de conocer nuevos lugares y nuevas oportunidades de hacer amigos. Puede comentarle el nombre de las profesoras que tendrá y las cosas que ahí se aprenden. No importa la edad del menor, el lenguaje siempre crea mundo.
Comente cómo se organizarán para que él o ella vaya al jardín/colegio. Quién lo irá a dejar, quién a buscar, qué pasa si no va la persona designada. Si es posible y se conoce, las cosas que se harán por día en el jardín o colegio, mucho mejor, cuéntele las actividades a desarrollar. Ojalá compren juntos algunos de materiales que debe llevar. Que el menor pueda elegir alguno de ellos.
Claudia Figueroa