Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Espectáculos
  • Contraportada

Cambio, cambias, cambiamos, cambian

E-mail Compartir

En la diversidad de los acontecimientos del diario vivir, éstos deben percibirse con la naturalidad propia de la relación causa-consecuencia. El estallido social se instaló en la conciencia de muchos coterráneos como un hecho sorprendente. La explicación cargada de exclamaciones para exculparse, lo único que hizo fue relegar lo evidente. Sorprenderse con los acontecimientos sociales que parecen marcar un determinado momento es una actitud ingenua y de una candidez análoga a la del niño que pretende alejarse de su propia sombra.

A pocos meses de haber llegado a esta ciudad, la rancagüina Hermana Laura Elsa Abud Yáñez C.D.M. ya trabajaba en el Departamento de Radio del Obispado de Antofagasta. De esos días, en el libreto radial del jueves 10 de julio de 1958, refiriéndose a un "Gran Movimiento de Renovación Integral" que estaba en la base del Primer Congreso Mariano de Antofagasta, destacaba la adhesión de la juventud universitaria de la Universidad del Norte. Frente a los cambios esa juventud reconocía que "somos jóvenes, somos y nos sentimos capaces de vibrar, trabajar y responder ante un llamado de nuestro tiempo y nuestra región del Norte."

Algo de ese generoso compromiso está en la base de las Universidades locales. Mucho había que hacer por este Norte. Bastante fue lo que se hizo. Años después - mayo, 4 de 1963-en el Programa Radial "Norte Recóndito" (Comisión Diocesana de Difusión), Hermana Elsa dijo: "En este tiempo, complejo y difícil que es nuestro tiempo. Seamos libres. No nos dejemos poseer por las cosas, no nos dejemos enajenar por la avidez, por la cólera, por la amargura, por el resentimiento.". Ese negro telón de fondo, quizás no visto por algunos, aunque de eterna presencia, ya estaba allí. Era necesario para templar los espíritus y para evaluar los logros que prestigiaban al Norte en el concierto nacional.

El devenir de las cosas es un fluir y el hombre como testigo si justo, justifíquese más y más y el santo, más y más se ha de santificar. Si queremos cambios, hay que cambiar.

Osvaldo Maya Cortés