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Raúl Mavrakis Morales

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Generalmente pensamos que la partida de un ser querido es sentimiento de pérdida y abandono de ella. Sin embargo, hay partidas que no nos deben hacer sufrir, porque siempre mantendremos vivos esos bellos momentos y lindas experiencias compartidas en parte de nuestra vida.

Hoy ha partido a otra dimensión nuestro querido RAÚL MAVRAKIS MORALES, más conocido por los cercanos como "TUPA". Tuve la suerte de conocerlo desde nuestra juventud, cuando éramos adolescentes y vestíamos uniformes. Tú cursabas Enseñanza Media en el Liceo de Hombres (hoy Liceo Mario Bahamonde) y yo, en el emblemático Liceo de Niñas de Antofagasta (hoy Liceo Marta Narea). Ambos compartíamos barrio, amigos en común y sanas fiestas de juventud.

Luego, con gran alegría, nos encontraríamos en la emblemática Casa Quinta, sede de nuestra Escuela de Antropología que, al año siguiente, se transformaría en la Escuela de Arqueología de nuestra querida Universidad del Norte (Universidad Católica del Norte), conscientes que nos faltaba un largo e interesante camino por recorrer, lleno de aventuras, por lo especial de nuestra profesión.

La letra inicial de nuestros apellidos coincidía, por tanto, siempre estábamos vinculados en nuestros quehaceres académicos, en laboratorios y terrenos. Debíamos trabajar juntos en las excavaciones e informes, donde estampabas tu sello con hermosos y profesionales dibujos. Y también en nuestro aporte culinario diario correspondiente. Muchas aventuras y divertidas situaciones nos unieron.

La amistad es la unión de dos personas en la prolongación del tiempo y el espacio, Es la dicha de compartir tiempo y experiencias comunes. Cuando un amigo se va debemos quedarnos con el hermoso y grato recuerdo de esos momentos que un día compartimos. Adiós, querido TUPA. Pronto nos veremos.

Nancy Montenegro Toledo, arqueóloga, museóloga