Redacción
Los europeos perciben que la ciencia y la tecnología mejoran la salud y son el motor del progreso económico y cultural, pero también que contribuyen al desempleo y a que el mundo actual esté lleno de riesgos.
Los científicos son, sin embargo, junto con los médicos, los profesionales más valorados por los europeos, sobre todo por la percepción de su alto nivel de competencia para desarrollar su función y por la confianza en que sus actuaciones están basadas en criterios éticos.
El consenso entre los europeos es muy amplio en torno a la idea de que la religión no debe ser obstáculo ni poner límites a los avances de la ciencia y la tecnología, aunque esa percepción varía cuando se pregunta si la ética debe imponer límites a los científicos; entonces la respuesta es afirmativa (salvo en España, donde los ciudadanos opinan mayoritariamente que tampoco la ética debe establecer límites).
Los datos se ponen de relieve en el tercer Estudio de Valores que realiza la Fundación BBVA, con una encuesta a 7.500 personas de cinco países (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España) y que se suma a los dos trabajos anteriores, dedicados a la política, economía y confianza en las instituciones; y a la religión, la ética y las prácticas que son objeto de controversia social.
La encuesta refleja una amplia aceptación respecto a la fecundación in vitro, la posibilidad de realizar implantes cerebrales para corregir la pérdida de memoria en caso de enfermedades degenerativas o los trasplantes de órganos de un animal a un humano para reemplazar órganos dañados, pero un "rechazo extremo" a la modificación genética de animales para producir alimentos o a cualquier forma de clonación.
Temores del pasado
Los resultados del estudio han sido hoy presentados en Madrid por el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, y la técnico responsable del Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la fundación, Consuelo Perera.
El consenso entre los europeos es muy amplio acerca del papel de la ciencia para mejorar la salud y reducir las supersticiones y los temores del pasado y la investigación científica se percibe como la manera más fiable de entender el mundo.
La encuesta pone de relieve además las expectativas favorables que los europeos tienen respecto al futuro de tecnologías como la energía solar, que contrasta con la percepción que estos tienen de la energía nuclear al considerar que empeora la vida de las personas.
En los cinco países en los que se ha llevado a cabo el trabajo se ha constatado que los asuntos que más preocupan e interesan a los ciudadanos son los relacionados con la salud y con el medio ambiente, y que los avances científicos y el progreso no deberían alterar el funcionamiento natural del planeta.
Persiste entre los europeos una visión muy pesimista sobre el cambio climático, sobre todo en países como Francia o Alemania, donde se percibe que esta crisis es ya irreversible y predomina el sentimiento de que ya solo es posible paliar algunos de sus efectos; en España una mayoría relativa de personas cree sin embargo que todavía resulta posible revertir el problema.
Al valorar las nuevas tecnologías, el teléfono móvil se sitúa en todos los países como el medio de comunicación más importante, seguido de la televisión y de internet, y disminuye la importancia -aunque sigue siendo alta- que los ciudadanos otorgan a la radio, a la prensa y al ordenador personal.
El 80 por ciento de los encuestados son usuarios de internet y los países con una mayor penetración de la red son Reino Unido y Francia, aunque la intensidad de uso -el tiempo que las personas están conectadas- es mayor en España que en esos países.
Dudas sobre la modificación genética
Los ciudadanos expresan también un rechazo intenso y generalizado de la clonación de animales o de la modificación genética de animales para diferentes fines, aunque en España las cifras se sitúan en el "umbral de aceptación" cuando esa modificación genética se hace para producir alimentos. Respecto a la modificación de las plantas, son los fines de esta práctica los que condicionan o no su aceptación: se acepta cuando se trata de medicamentos; se rechaza si es para alimentos.