Estallido condicionado
"Cuidar la democracia es deber de todos, asumamos compromisos".
A más de 60 días cumplidos, de violencia en Chile, podemos hacer un balance, más que en cifras, sobre de qué se trata el mal llamado " estallido social espontáneo". La semana anterior se completó la cifra de 1.000 registros de violencia en Antofagasta, número que sigue creciendo, porque la violencia y el terrorismo se instalaron en el país, para hacerse parte de nuestra cultura, como consecuencia de un débil actuar de autoridades, de una prensa y políticos que los avalan al relativizarlos y por el desprestigio sistematizado contra Carabineros.
Primero, no es espontáneo que el presidente de Venezuela mencionara, por la abrupta ola de violencia en Chile, la frase: "Vamos mejor de lo que pensábamos", tampoco que, la actriz y gestora cultural Florencia Lagos, haya declarado en convención del Foro de São Paulo, que manifestaciones en Chile " no son espontáneas", porque están organizadas más de cien miembros de la autodenominada mesa de Unidad Social.
Segundo, con estos antecedentes que se intuían, comprobamos como la izquierda utilizó las legítimas demandas sociales, a personas honestas, para encubrir el único objetivo de agitación de masas: forzar una asamblea constituyente, para conseguir una Constitución de corte socialista.
Es comprensible y concordante que la izquierda siga apoyando este plan, pero inconcebible que políticos de derecha adhieran, quienes aceptaron manosear la Constitución, accediendo a aprobar vicios para adulterar el proceso de escrutinio del Plebiscito de abril 2020, incorporando paridad de género y pueblos originarios, donde se violarán votos legítimamente emitidos a favor de mayorías, para ser entregados a las minorías menos votadas.
Afortunadamente, existe una mayoría de chilenos que si está despertando, me refiero a quienes hoy son capaces de ver la mentira constituyente, visualizar a políticos colaboracionistas del golpe organizado para destruir la democracia en Chile, por lo que serán Ellos quienes demostrarán que no necesitamos una nueva Constitución, sino un Estado eficiente que empiece por disminuir ministerios, sueldos públicos, operadores políticos, programas estatales ineficientes, propagandas y campañas ideológicas, para dar lugar a la correcta utilización de impuestos en prioridades: Salud, calidad en educación, delincuencia; por ende para las urgencias sociales, que permitan vivir en un país en paz y más justo.
Cuidar la democracia es deber de todos, asumamos compromisos.
Marcela Ruz
Coordinadora regional Acción Republicana