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Camilo Mori

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Camilo Mori está presente desde los inicios de mi vocación artística, al igual que Andrés. Como era Director de la Academia de Bellas Artes de la Universidad del Norte, lo invité a Antofagasta en 1964 con una exposición de sus obras. Antofagasta pudo contemplar así una retrospectiva del maestro. Dejó en donación una de las obras más importante a la pinacoteca de la Universidad: ahí lo vemos tomando un café en Montmartre, junto a su esposa Maruja Vargas, en París.

Aquí se encontró con su amigo entrañable, Andrés y con Chela Lira, con quien compartió sus primeros años con la llamada Generación Porteña. Camilo había nacido en Valparaíso, pero su trayectoria la hizo en Santiago.

En la década de los años 30 estuvo en Antofagasta y alojó en el Hotel Maury. Allí pintó una acuarela del legendario hotel, levantado sobre pilotes, donde hoy se ubica el Club de Yates. En esa estadía en la ciudad exhibió en el foyer de un cine ubicado en calle Prat. De vuelta al 64 y como un episodio de realismo mágico, fuimos junto al académico Jorge Mellado, a la librería "Alborada" Allí había una pequeña colección de cuadros a la venta. Mellado adquirió una pequeña acuarela: era el hotel Maury pintado por Camilo en su primer paso por Antofagasta. Quiso regalársela al maestro, pero éste no aceptó.

Después de la inauguración de su exposición, en la Sala Municipal de calle Latorre, llevamos a Camilo a San Pedro de Atacama, conoció al Padre Gustavo Le Paige. El Museo de San Pedro estaba recién formándose. En su condición de hombre de mar, se abismó frente al desierto, este otro océano. En Santiago exhibió un paisaje del desierto en un óleo horizontal y casi abstracto, invadido por el silencio andino. Descubrió que en la pintura nortina no cabe la algarabía, salvo excepciones. El mutismo de su paisaje y de su gente es proverbial.

Pablo Neruda le asignó el título de "Capitán de Barco" por su estampa. Camilo falleció el 7 de diciembre de 1973, quizás la pena provocada por la muerte de su amigo Pablo, lo que venció su fortaleza de "Capitán del velero de la Dama Pintura".

No has muerto Camilo, navegas en uno de mis mares interiores. Te llevo en el corazón.

Waldo Valenzuela Maturana, pintor