V. Toloza Jiménez
Rodrigo Valdivia Concha nació en Concepción en 1964, hijo de un padre profesor en la Universidad de Concepción y luego en la Universidad de Santiago, donde llegó a ser decano de la Facultad de Ciencias Matemáticas, Física y Computación y de una madre que estudió y se dedicó a la enfermería.
Era el segundo de tres hermanos y con el mayor (de nombre Luis) tuvo una estrecha complicidad infantil. Coleccionaban soldaditos, maquetas de aviones y tanques, fueron scouts, cuestión que para él fue modelando su vida y gustos.
Así, a pesar de que ninguno de sus familiares directos estaba vinculado a esta rama castrense, a los 15 años decidió ingresar a la Escuela Militar.
Para Valdivia, la vocación estaba desde muy pequeño.
¿Qué significa hoy ser militar?
-Es una carrera vocacional que -en primer lugar- permite el ejercicio del mando y el desarrollo del liderazgo, a través del ejemplo personal. Para ello, el Ejército prepara integralmente a su capital humano para conducir unidades de distintos niveles y de diversas especialidades.
Mucha gente se pregunta, lo siguiente: si no tenemos una guerra hace 140 años, ¿por qué debemos tener un Ejército como el que tenemos y lo mismo con las Fuerzas Armadas?
-En mi adolescencia, en enseñanza media, vi la situación que se estaba produciendo en 1978 por el conflicto del Beagle. Una hermana de mi madre vivió con su familia en Punta Delgada, en el extremo sur de Magallanes lógicamente esa experiencia alimentó el sentimiento patriótico. Ese mensaje de preservar nuestra patria fue muy fuerte y, en lo personal, me motivó a ser parte de esta institución.
Afortunadamente en 1978 hubo una mediación y no hubo una guerra. Le repito la pregunta: ¿por qué debemos tener Fuerzas Armadas de esta magnitud si ya completamos casi un siglo y medio de paz?
-Porque los integrantes de las Fuerzas Armadas transcienden a nuestros ciudadanos y contribuyen al país mediante la disuasión. Lo cual es fundamental para asumir la responsabilidad de preservar nuestra soberanía nacional e integridad territorial; la disuasión permite contribuir a proyectar el desarrollo nacional.
Es por la capacidad de disuasión, entonces.
-Esa es la contribución más importante que podemos hacer como institución. Entregamos la tranquilidad de que el país está protegido por sus Fuerzas Armadas. Esa es una responsabilidad constitucional.
Integración
Valdivia está casado con Victoria Palma y tiene tres hijos (11, 13 y 18 años). Ingresó a la Escuela Militar en 1982, graduándose con el grado de alférez en el Arma de Artillería en 1985. Posee la especialidad primaria de oficial de Estado Mayor y las secundarias de comando, buzo táctico y paracaidista militar, observador aéreo de tiro de artillería y profesor militar de Escuela en la asignatura de "Táctica de Artillería".
¿Cuando ve el vecindario ve amenazas o mayor integración?
-Hemos trabajado, por más de 20 años, la integración con los países vecinos y la región.
Pero es con Argentina. ¿Qué pasa con Perú y Bolivia?
-También se está trabajando con Perú, para mejorar la integración, realizando reuniones de Estados Mayores, saludos protocolares por las unidades militares de Arica y Tacna. Para las fiestas patrias, las escuelas matrices envían representación de saludos que desfilan frente a las autoridades nacionales, esas son demostraciones del trabajo de integración del Ejército y de nuestras autoridades políticas.
Bolivia es caso aparte. Ni siquiera tenemos relaciones...
-Hay también acercamientos, por ahora mantenemos una integración con Argentina, con quien tenemos una relación muy cercana, una unidad de operaciones de paz, realizamos ejercicios de planificación de puestos de mando y a su vez con tropas a través de la Brigada Cruz del Sur. La experiencia que nos impone una extensa frontera común y nuestra naturaleza, nos proporciona la oportunidad de realizar con ellos ejercicios de catástrofes naturales para estar mejor preparados en procedimientos para brindar protección de la población y creo que ese es el camino correcto.
¿Y qué distingue al Ejército del siglo XXI?
-Primero, nuestro compromiso, disciplina militar y el profesionalismo reflejado en las distintas operaciones y acciones en tiempos de paz en las que hemos participado en los últimos años, tanto en nuestro territorio como en el exterior. Lo que nos ha permitido actualizar nuestra doctrina, permitiendo contar con una fuerza con capacidad de interoperar con ejércitos de primer orden.
"El Ejército ha sido siempre una institución constituida por toda nuestra nacionalidad, no hacemos ningún tipo de distingo. Enriquecemos a nuestra institución con la diversidad".