El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, declaró ayer que el país apoyará la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) -brexit -, mediante el acuerdo económico y político propuesto por la líder británica, Theresa May, quien a cambio acordó a dar voz y voto a España sobre el futuro del disputado territorio de Gibraltar, península en la cual el país ibérico invertirá cerca de US$ 1.000 millones.
Sánchez aseguró que el Reino Unido y la UE acordaron incluir un texto en el acuerdo del brexit, donde se consignará que España podrá tratar directamente con Londres el tema de Gibraltar.
El tema se había convertido en un escollo para las negociaciones, donde el Mandatario español había dicho, penas el viernes, que no apoyaría la salida del país de la UE, que se votará hoy, durante una cumbre en Bruselas, argumentando que el proyecto de acuerdo no incluía un lenguaje claro respecto de la península.
Isla de riqueza
El pequeño territorio en el extremo sur de Iberia, cedido a Gran Bretaña en 1713, pero donde España reclama su soberanía, a través de la fracción llamada Campo de Gibraltar, se ha convertido en los últimos años en "una de las zonas más ricas de Europa", según diario El País, a causa de sus libertades fiscales.
En los alrededores del Campo de Gibraltar, sin embargo, existe un 25% de cesantía, ante lo cual Sánchez comprometió sus esfuerzos para igualar económicamente a ambas zonas: "Aspiramos a tener con los gibraltareños una relación futura, fructífera, que favorezca el desarrollo equilibrado en Gibraltar y el Campo de Gibraltar", afirmó.
Los habitantes del pequeño territorio, para trabajar, deben cruzar la Línea de la Concepción, especie de frontera con España que, hasta antes de esta declaración de Sánchez, les significaba nuevos requirimientos de documentación. Por esto, un 95% de los 33 mil habitantes se opuso al brexit en el plebiscito de 2016.
Muchas de estas personas, asimismo, al trabajar en el controvertido territorio reciben su salario en libras esterlinas, cuyo valor es mayor que el euro, la moneda de la UE y, por ende, de España.
May, en tanto, ayer se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y con el del Consejo Europeo, Donald Tusk, para conversar los últimos detalles sobre la salida del grupo, sumado al documento que establece cómo deberán ser las relaciones entre las dos partes una vez cierren un acuerdo comercial. El brexit, de esta forma, podría concretarse el 29 de marzo, tras la votación del Parlamento.