Frente a un desastre humano, es fundamental actuar rápido y de forma eficaz, sin nunca perder el enfoque de la dignidad de la vida humana. ¿Cómo se genera este trato digno? Dando la oportunidad a las personas a ser escuchadas, de hacerlas parte de las decisiones y soluciones que directamente afecten a una comunidad.
Los acuerdos internacionales, ratificados por el Estado de Chile en los últimos años, exigen que las comunidades sean protagonistas de lo que les ocurra. Que las personas puedan acceder a la información, a espacios adecuados para reuniones y la posibilidad de ser escuchados.
En Calama, estas acciones no fueron cumplidas de forma adecuada tras el incendio ocurrido en el campamento Frei Bohn.
Recordemos que las cerca de 100 familias afectadas por el siniestro ya vivían en una situación de vulnerabilidad, fruto de las dinámicas de la ciudad que envía a las familias con menos recursos a vivir en la informalidad, sin poder acceder a servicios básicos como agua potable, electricidad o alcantarillado. Al igual que todos: son familias que quieren acceder a la ciudad y tener una vivienda adecuada.
Para encontrar las mejores soluciones para las familias es importante entender que la zona norte es particular. El déficit habitacional, el alto costo de los arriendos, la cantidad de flujos internos y externos de personas que hace que cada respuesta entregada debe ser adaptada a esa realidad.
Una familia que pertenezca a los quintiles de mayor vulnerabilidad no tiene cómo pagar un costo tan elevado de arriendo. Un migrante externo no tiene cómo arrendar algo más que una pieza en los primeros años porque no tendrá las liquidaciones de sueldo solicitadas, ni tendrá el contrato indefinido para postular al subsidio de arriendo hasta contar con un contrato formal.
En relación a las redes de apoyo, solución propuesta por las autoridades en esta instancia concreta, ¿En qué consistirán en realidad? ¿En traspasar a un familiar o amigo una responsabilidad que no debiera ser de ellos? ¿Apelar a la solidaridad generando más allegamiento y hacinamiento?
No sigamos invisibilizando estas situaciones, todos tenemos derecho a un trato digno, independiente de nuestro origen y el lugar donde habitamos. No existen ciudadanos de diferentes categorías. ¿Qué va a pasar con las familias afectadas? Las autoridades deben responder para lograr junto a las familias las soluciones transitorias que necesitan.
Mariana Barbosa
Directora regional TECHO - Chile