La histórica cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte ya es un hecho, luego de que anoche (21 horas de Chile) el Presidente Donald Trump y el líder del régimen asiático, Kim Jong-un, se dieran un apretón de manos y se saludaran con breves palabras antes de iniciar las conversaciones en el hotel Capella de la isla de Sentosa.
Los dos hombres se acercaron uno al otro y se dieron la mano mirándose a los ojos, antes de sentarse juntos ante los medios de todo el mundo. "Hemos superado muchos obstáculos para llegar aquí", ha dicho Kim Jong-un.
"Vamos a tener una gran relación", complementó Donald Trump.
Durante su aparición frente a los medios de todo el mundo (se acreditaron 5 mil periodistas para seguir el encuentro) ambos líderes se mostraron relajados y sonrientes, apegándose al guión.
Tras las fotos, y luego de una indicación con la mano de Trump, se dirigieron a la habitación privada donde mantendrán un encuentro a solas, acompañados solo por sus traductores, por 45 minutos.
Ambos caminaron con paso relajado, mientras volvían a estrecharse la mano e intercambiaban sus primeros saludos e impresiones.
La cumbre no tuvo el simbolismo de la reunión intercoreana de Panmunjom el abril, cuando Kim tomó de la mano al presidente surcoreano, Moon Jae-in, para cruzar juntos la línea de demarcación. Pero la emoción estaba presente en el ambiente. Kim pareció nervioso durante los primeros segundos, antes de recuperar la entereza.
"Me siento muy bien", dijo Trump al comienzo de su conversación."Vamos a tener un gran diálogo y creo, un tremendo éxito, será tremendamente exitoso y es mi honor; tendremos una relación magnífica, no me cabe duda".
"Los viejos perjuicios y prácticas actuaron como obstáculos en nuestro camino, pero los hemos superado y aquí estamos hoy", ha contestado Kim. "Efectivamente", le replicó el inquilino de la Casa Blanca.
incertidumbre
De esta manera, ambos gobernantes, por ahora, rompieron meses de tensión y con el reto de llegar a un acuerdo sobre la desnuclearización de Pyongyang. Sin embargo, los resultados de la reunión son toda una incertidumbre, sobre todo por la volatilidad de Trump que llega a este encuentro tras desacreditar la cumbre del G-7.
"No se sabe cuál será el Trump que se verá finalmente en los salones del lujoso Capella, antiguo comedor de oficiales británicos en los tiempos de la colonia. Si será el Trump obstinado y tormentoso que desairó a sus aliados e hizo trizas el comunicado final de la reunión del G-7 en Canadá. O si será el Trump dicharachero que en un impulso rompe con décadas de política oficial y acepta reunirse con su peor enemigo", señala "El País".
Por parte de Kim tampoco hay certezas, ya que es muy poco lo que se sabe de su vida y de su determinación para llegar a un posible acuerdo.
Además, la posibilidad de disminuir o destruir el arsenal atómica de su régimen, como espera Estados Unidos, no parece muy factible ya que, según analistas, es lo único que le da capacidad de negociación antes sus pocos aliados y sus muchos enemigos.
desnuclearización
Si tienen éxito, comenzará un largo proceso que -quizá- llevará al desarme nuclear de Corea del Norte. Un proceso que puede durar más de diez años y costar miles de millones de dólares.
Pocos analistas creen que Pyongyang esté verdaderamente dispuesto a renunciar de manera "completa, irreversible y verificable", como demanda Washington, a un programa nuclear al que ha dedicado décadas, preciados recursos económicos e innumerables sacrificios de su población. Si accede, será a cambio de concesiones gigantescas. Y si lo hace, puede quedar en agua de borrajas: una vez que ha adquirido los conocimientos necesarios siempre podría recrearlo si se lo propusiera. El Norte cuenta con un equipo de 200 expertos, según los cálculos de los servicios secretos del Sur.
Corea del Norte "ha pagado un precio muy caro para lograr una fuerza potente y fiable que nos permita defendernos", subrayaba el mes pasado su viceministra de Exteriores Choe Son-hui.
Una fuerza considerable. Según los cálculos de Corea del Sur, su vecino del Norte destina el 25% de su presupuesto, o unos 10.000 millones de dólares anuales, a gasto militar. Las últimas pruebas de misiles el año pasado, antes de la moratoria que declaró unilateralmente, le supusieron un desembolso de cerca de 300 millones de dólares.
Algunos expertos calculan que el Norte posee entre 15 y 20 bombas nucleares. Esas armas tienen un poder de destrucción entre 10 y 25 kilotones, el equivalente a las bombas atómicas que destruyeron Huroshima y Nagasaki en 1945.
del presupuesto de Corea del Norte se destina a gasto militar. Equivale a 10 mil millones de dólares al año. 25%