"Somos un pueblo al sur de EE.UU."
comentarista
deportivo
Desde hace un tiempo que he comenzado a entrar al mundo del deporte norteamericano, algo fome para algunos, pero con muchos ejemplos para otros.
El béisbol de la MLB, la NFL y la NBA se transforman en algo cotidiano en mis pantallas, sin dejar de lado la pasión sudamericana por el fútbol criollo y continental. Pero de este proceso de aprendizaje de las, para mi nuevas disciplinas, hay algo que me ha llamado mucho la atención.
Si bien molesta que consideren que se campeones de estas ligas es ser campeones del mundo, una cosa que debemos aplaudir de los "gringos" es la capacidad del espectáculos que dan en los estadios, transformando un simple partido en un paseo familiar.
Es que mezclan la entretención con el deporte. Es cosa de ver los medios tiempos de la NBA donde los espectadores se pueden ir con poleras de regalo o cualquier otro recuerdo de su visita a los coliseo. Y si da hambre, hay restaurantes temáticos para probar diversos platos mientras se observa un encuentro.
Pero lo que más llama la atención en la tranquilidad que existen en los recintos, donde locales y visitantes se mezclan en las tribunas en la más completa calma. Que envidia.
Es cosa de ver los partidos del béisbol donde los Chicago Cubs fueron campeones en Cleveland con un estadio casi repleto de hinchas de los Cachorros que festejaron el título sin ningún problema. No les cortaron la luz ni le prendieron los regadores.
Los estadounidenses han creado una cultura deportiva ejemplar, donde los hinchas de mal comportamiento son expulsados de por vida de los estadios, pagan elevadas multas sin considerar las condenas judiciales que se pudieran agregar.
Allá no existe Estadio Seguro ni colchones entre hinchadas. No existe llamados por Facebook a destruir la barra contraria ni robo de banderas.
Un ejemplo que en este pueblo al sur de Estados Unidos estamos muy lejos de lograrlo.
Cristian
Morales