Redacción
Las familias que ayer llegaron hasta la playa Llacolén (ubicada en el extremo sur de Antofagasta) quedaron literalmente en 'shock' al ver como pañales usados se deshacían en el agua y entre algunas pozas de los roqueríos.
Esta desagradable sorpresa sólo agravó el drama que presentaba el turístico lugar durante la jornada del lunes, ya que con el término de las vacaciones, los innumerables carpistas del sector abandonaron la playa dejando tras de sí rastros de su extensa estada, algunos por más de dos meses.
Las botellas y latas de alcohol eran lo de menos. Restos de fogatas (palos quemados) por toda la extensión de playas, sacos de arena, toldos abandonados, nylons de carpas, ollas y cubiertos y bolsas con basura orgánica se encontraban desperdigadas por el área.
A lo anterior hay que agregar un olor nauseabundo que en momentos emanaba desde algunos puntos de la playa. Lo paradójico de todo fue que los cinco contenedores de acero que el municipio dispuso en el espacio para recibir la basura, estaban vacíos.
Redes sociales
Estos desechos dejados por algunas familias que acuden a Llacolén (alrededor de 160) subió los ánimos de los antofagastinos, quienes fotografiaron estos microbasurales y lo subieron a Twitter.
Las publicaciones tuvieron gran repercusión mediática y la ciudadanía acusó falta de control y fiscalización. Otros fueron más ecuánimes y culparon la falta de cultura.
"Por la mañana pasan los camiones municipales para hacer el barrido de todo, pero en la tarde vuelve a ser una asquerosidad. Y si le llaman la atención a quienes botan la basura, se van de 'choros' con uno", dijo Josefa Larraguibel, santiaguina que llegó a veranear a la ciudad.
Más alarmante es la acusación de otros bañistas de Llacolén, que contaron que incluso sorprendieron por la noche a una mujer vaciando contenidos fecales de baños portátiles en el mar.
"Es terrible. Yo soy carpista bautizada de Llacolén porque llevo tres desalojos en mi cuerpo. Pero con mi familia tenemos decencia y traemos sacos de basura. No cuesta nada, se llenan, los tiras a los receptáculos y listo", dijo la vecina Margarita Jofré.
Cada año Gobernación Marítima realiza desalojo a los carpistas de las múltiples playas no habilitadas para el camping, no obstante, el problema persiste no sólo por quienes vuelven al sector, sino por la suciedad que dejan.
A la queja, se suman algunos de los vecinos de los edificios adyacentes, que reclaman por la bulla y el alto volumen de la música por las noches. Hasta ayer sólo quedaba menos de una decena de carpas.
Roberto, Vásquez,, vecino"
"Con mi familia fuimos a una poza y encontramos hasta toallas higiénicas flotando. Imagina las infecciones".
Regina, Pino,, veraneante"
"En la mañana había mucha más basura, pero pasó el camión y limpió. Esto en Llacolén es pan de cada año".
Delourdes, Zuleta,, vecina"
"Venimos a este lugar porque algunas playas de la ciudad están sucias. Pero, por lo visto, aquí está mucho peor"."
Víctor, Aguilera,, trabajador"
"Es la falta de cultura de algunas personas. Tienen basureros y todo, pero dejan sus desechos botados en la arena"."