El 1 de abril de 2014 fue, probablemente, el último gran sismo padecido en nuestra zona y región. Aunque tuvo su epicentro en Iquique, los efectos se sintieron en toda la Región de Antofagasta que debió evacuar en dos ocasiones su borde costero y desnudó algunas deficiencias de organización ciudadana y la autoridad.
Como se recordará, en sectores importantes hubo cierto pánico que terminó en situaciones impensadas, como la compra desmesurada de agua, o el arribo multitudinario a supermercados y estaciones de servicio, cuestiones que dan cuenta que la mayoría de las personas no están preparadas para enfrentar escenarios críticos.
Se trata de condiciones que debieran ser permanentes, si tenemos presente que Chile es y será un país sísmico. Al respecto, el terremoto de 7,6 grados Richter que hace unos días sacudió a las regiones de Los Lagos y Aysén ha hecho recordar la relación forzada que tiene la población con la actividad sísmica, lo que entrega valiosas lecciones para estar preparados ante la fuerza de la naturaleza.
Si bien se ha destacado que la respuesta de los ciudadanos fue ejemplar para realizar la evacuación hacia zonas altas, ante la alarma de tsunami que finalmente no se produjo, aún hay mucho que corregir. Qué hacer, dónde ir y qué tener en el hogar, son preguntas que la mayoría de las personas conocen y que pueden salvar la vida ante una emergencia.
Aunque la ciencia no está en condiciones de hacer predicciones exactas sobre la ocurrencia de terremotos, hay muchas probabilidades de que pudiera ocurrir uno de gran magnitud en el norte de Chile, aunque no es posible saber si será en corto o largo plazo.
En cada comuna costera de nuestra región -Taltal, Antofagasta, Mejillones y Tocopilla-, se han realizado ejercicios de evacuación. Toda esta educación permite estar preparados de la mejor manera. Es decir, el país ha dado enormes pasos para también contar con eficaces normas sísmicas de construcción. Sin duda, hemos avanzado mucho, pero no podemos relajarnos nunca, porque no sabemos cuándo enfrentaremos una situación crítica de nuevo.