José Luis Ramírez M.
La actividad de las bandas que internan droga al país a través de las regiones del norte, no sólo no decae, sino que crece y se perfecciona, volviéndose más compleja de pesquisar y combatir.
Así lo concluye la Unidad de Drogas del Ministerio Público en la segunda versión de su "Observatorio del Narcotráfico en Chile", dado a conocer esta semana en Santiago.
El documento, elaborado con información residual acumulada en distintas investigaciones, además de informes policiales, advierte cambios en el modus operandi de los grupos criminales que operan en los países productores, las que ingresan droga a territorio nacional para consumo interno o con el fin de enviarla a través de puertos del norte a destinos en todo el mundo.
Burreros
Entre otros temas, el informe de la fiscalía da cuenta de un cambio en el "perfil" de los "correos humanos", es decir, de las personas que son reclutadas para ingresar droga.
Según la fiscalía, las organizaciones criminales ya no sólo contratan gente de escasos recursos o poca educación para estos fines, como era frecuente, sino que han variado hacia el uso de sujetos que registran viajes anteriores y que, por tanto, conocen la mecánica de los mismos.
"Las nacionalidades también han variado, incluso se ha incrementado la detención de correos chilenos los últimos años (entre ellos) estudiantes universitarios y comerciantes", se explica en el informe.
Asociado a esto, el documento del Ministerio Público también concluye que hoy la Región de Antofagasta está más expuesta a la actividad de los correos humanos.
Esto, en atención al mejoramiento de las técnicas de detección (incorporación de sistemas Body Scan y Body Scater) en los pasos fronterizos de las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá.
"(Dicha tecnología) posiblemente ha provocado un desplazamiento hacia el sur, hacia la Región de Antofagasta, donde (las bandas) ven una mejor opción de no ser detectados", indica el informe.
Contribuye a esto también -se agrega- el Plan Escudo Norte, implementado por Argentina, en su frontera común con Bolivia y Paraguay.
En su reporte, la Unidad de Drogas del Ministerio Público reconoce preocupación por la "presión" que realizan organizaciones extranjeras por ingresar droga al país.
Incluso se menciona el caso de una banda que efectuó "gestiones" en territorio chileno para propiciar internaciones y organizar la demanda.
Junto a esto, se advierte la instalación en territorio nacional de centros de distribución de "mediana escala", uno de los cuales estaría en Alto Hospicio, Región de Tarapacá.
Medidas
El exsubsecretario del Interior, Felipe Harboe, dio plena validez a las conclusiones de la Fiscalía, asegurando que existe una "profesionalización" del narcotráfico en el país.
El actual senador por la Región del Biobío dijo que, en efecto, los narcotraficantes están recurriendo correos humanos con perfiles de "bajo riesgo", porque saben que los procedimientos de revisión para estas personas generalmente son distintos.
"Se ha detectado incluso que en los pasos habilitados, hacen estudios para identificar patrones en los controles aleatorios", aseguró.
Harboe, quien como subsecretario coordinó acciones de control en el norte chileno, manifestó que la principal conclusión a partir del informe de la fiscalía, y de otros anteriores, es que las grandes bandas internacionales ya no sólo ven a Chile como una plataforma para sus envíos (usualmente marítimos) de droga a otros mercados, sino que están atendiendo una creciente demanda interna.
Y esto -dijo- es concordante con la detección de puntos de abastecimiento de mediana escala, como el Alto Hospicio, que se repite en varias investigaciones de la Fiscalía.
Hay que precisar que, según el Ministerio Público, el 90% de la cocaína que ingresa al país, lo hace a través de los pasos fronterizos Chacalluta, Chungará, Colchane, Jama, Ollagüe y San Pedro.
El reporte precisa que en la Región de Antofagasta, a septiembre de este año, se habían decomisado 1.680 kilos de cocaína.
Ovoides con cocaína líquida
En el Observatorio del Narcotráfico en Chile la fiscalía también explica que el tradicional ovoide de cocaína sólida, fácilmente detectable con exámenes radiológicos, está siendo reemplazado por contenedores de látex con cocaína líquida, los cuales tienen mayor capacidad y son menos detectables. Del mismo modo se advierte que la técnica más usada es enviar seis o siete correos humanos en el mismo medio de transporte, pero separados y sin que se conozcan entre sí, de modo que si uno es detectado, los demás ingresen sin problemas.