Los cuerpos
"Así se ha tornando de sentido común que todo es abordable desde la lógica económica".
Para el filósofo francés Michel Foucault el cuerpo es un texto donde se escribe la realidad social. Así, la razón económica nuevamente se impone sobre nuestros cuerpos y nos somete a cambios a contramarcha de nuestros procesos biológicos. Nuestro reloj circadiano sometido a arbitrarios criterios como la economía de la energía marcan el signo de los tiempos justificándose, de paso, con argumentos de otro orden que hacen tramposamente alusión a la seguridad de nuestros hijos.
Esto porque en realidad lo que se cambia por decreto es la hora del reloj despertador y nuestros organismos son disciplinados al ritmo del dictamen tecnócrata que impone que la economía está sobre cualquier otra consideración, reafirmando con fuerza, en nuestra sociedad, que la razón económica es el dogma indiscutido en nuestros tiempos.
De paso, además, se hace sentir el otro dogma que considera a este, largo, larguísimo, paisaje como un todo que se arbitra desde Santiago sin otra consideración que sus propios tiempos y sus puestas de sol teñidas de esmog. La hora Pacheco es el triunfo de una lógica que no trepida en poner todo orden de cosas, incluida nuestra biología.
Cuando se asome, con más fuerza aun, la crisis del agua seguramente el ministro de turno dirá que nosotros solo podremos consumir agua de noche, en el día la demanda de la industria es mayor, y así, tendremos que inventar procesos que permitan tomar agua solo mientras dormimos, para así garantizar la producción y mantener nuestras cifras macroeconómicas. Esta medida se evaluará económicamente y se inventarán vasos y recipientes más chicos para racionalizar el consumo. Por otra parte, se incrementará, con subsidio del Estado, la producción de galletas de agua, como medida paliativa. Lo bueno es que habrá que ducharse en pareja y aun existirá libertad en torno a la duración de la ducha hasta una próxima evaluación.
Así se ha tornando de sentido común que todo es abordable desde la lógica económica, todo transable en el mercado, incluido el tiempo que deberíamos dedicar a nuestros sueños, que a este ritmo se han ido tornando en pesadillas con tal de garantizar la bonanza de la bolsa que ahora transa una hora más temprano.
César Trabucco
Académico y sociólogo