Dániza Urrutia Sepúlveda
Acompañado por su incondicional familia y cansado de luchar falleció Julio Palma Vergara (68), quien durante más de un año le quebró la mano al destino. El fue una de las tantas víctimas que dejó el aluvión que afectó a Chañaral en marzo de 2015, y por eso hoy su gente lo despedirá como se merece.
El intendente Valentín Volta, diversas autoridades y amigos de siempre llegaron hasta la funeraria Organización Ayuda Cristiana para despedir a Julio y dar el pésame a su familia, en especial a su hija Patricia, destacada locutora que trabajó incansablemente para cuidar a su padre y ofrecerle una mejor calidad de vida para soportar el difícil proceso que vivió más de un año.
La tarde de ayer el féretro que contenía los restos de Julio Palma fue transportado a una carroza a fin de emprender el viaje hasta Chañaral (Tercera Región). Fue acompañado por su familia y numerosos amigos, que destacaron en él innumerables virtudes.
En la Tercera Región lo recibieron sus camaradas bomberos y amigos que lo acompañarán en su último viaje. Sus restos descansarán en su tierra, a la que tanto quería.
Tras una dura batalla Julio falleció a consecuencia de una falla en su organismo.
En el aluvión fue arrastrado por el torrente de agua y barro cuando iba en ayuda de sus colegas en la empresa de Transportes Tamarugal. Fue rescatado con vida, pero tragó líquidos contaminados, situación que a la postre le causaría diversas complicaciones.
Luego de numerosas hospitalizaciones y tratamientos hace algunas semanas su familia decidió llevarlo a casa, porque los médicos señalaron que su condición era muy delicada y médicamente poco podían hacer. Sufrió una neumonía fulminante.
Bacteria
Además los exámenes establecieron que tenía una bacteria que es de ríos, de aguas servidas y que se aloja en el estómago. La administración de fuertes dosis de remedios le generó problemas renales, hipertensión y agudizó su diabetes.
Con su esposa Patricia Mella disfrutaron de 47 años de feliz unión. También sus hijos Patricia y Daniel no escatimaron esfuerzos por ayudarlo, por hacerle más grata la vida, pese a los numerosos problemas de salud que debió enfrentar tras el fatídico evento ocurrido en marzo de 2015.
La familia agradeció el cariño de la gente, el apoyo de tantas personas que los han acompañado en este proceso. Les queda la convicción que Julio Palma ahora descansará en paz en la tierra que tanto amó. Su cuerpo ya no estará, pero su recuerdo permanece.