Verguenza universitaria
La Revista "Análisis" del 7 al 31 de enero de 1984 publicó una breve pero contundente crónica sobre lo que estaba ocurriendo en la Universidad del Norte en ese tiempo a través de una denuncia del Gran Canciller, el Arzobispo de Antofagasta, Carlos Oviedo Cavada.
Precisa el escrito: "…la denuncia viene nada menos que de su Gran Canciller, el Arzobispo de Antofagasta Carlos Oviedo quien afirma que en los últimos años se han cometido una serie de irregularidades, inconsecuencias administrativas y en definitiva la jibarización de la Universidad del Norte. De sus cuatro sedes, sólo conserva las de Antofagasta y Coquimbo. La primera en 1980 tenía 3. 318 estudiantes; alcanzaba sólo 2. 280 en septiembre de 1983".
Prosigue el Gran Canciller: "Se efectuó una verdadera exterminación de carreras: Filosofía, pedagogías en Francés, Inglés y Matemática; Física, Kinesiología y Geografía. En 1982 desaparecieron las ingenierías de Ejecución en Química, Electrónica y Metalurgia".
Carlos Oviedo se refiere a un tema que no puede ser soslayado por las actuales generaciones de integrantes de la comunidad de la U. del Norte: "la comunidad universitaria ha sido testigo de la forma extraña en que han sido despedidos numerosos directivos universitarios como el caso del profesor y doctor honoris causa, Andrés Sabella, hecho que avergonzó a nuestra universidad y ofendió moralmente a la comunidad antofagastina".
Sabella fue distinguido como Doctor Honoris Causa en 1977 durante la gestión del rector-delegado Jaime Oviedo Cavada, coronel de Ejército y exonerado en 1981 por el rector-delegado Jorge Alarcón Johnson, contralmirante de la Armada.
"Me han despedido quienes han manchado la educación chilena", señaló Andrés en mi documental "Sabella Adentro" (1994), con gran tristeza y desazón.
¿Qué tortuosa visión de pensamiento hace que dos militares contrapongan actitudes para provocar sensaciones de tristeza y desazón en un ser humano que solamente entregó esperanzas a la comunidad?.
Osman Cortés Argandoña