Redacción
Luchó por su vida durante trece días. Fue hallado inconsciente en la intersección de calles Achao con Pisagua el 24 de enero del año pasado. Su cuerpo presentaba múltiples lesiones. Sin embargo, a un año de la trágica muerte del paramédico Claudio Olivares Bignani, su familia aún espera por justicia.
Inicialmente la causa por el violento fallecimiento del funcionario del Centro de Salud Familiar (Cesfam) Centro Sur de Antofagasta, estuvo a cargo del fiscal Mario Concha Matus, pero éste postuló a un cargo en la Fiscalía de Arica, y pidió su traslado.
Al tiempo de ocurrida la muerte del paramédico la investigación presentó algunos avances, ya que el caso en un principio fue calificado como un cuasi delito de homicidio, no obstante, después la línea investigativa derivó hacia un atropello intencional.
Tanto familiares como amigos de la víctima aseguraron que en el accidente que le costó la vida al funcionario de 48 años, habría participación de terceros, ya que incluso un día antes del accidente Claudio habría recibió amenazas debido a su orientación sexual.
Sus más cercanos iniciaron las diligencias correspondientes e invocaron la aplicación de la Ley Zamudio, hecho que fue apoyado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH).
Transcurrido un año del trágico episodio y ante el nulo avance en la investigación, la hermana del funcionario del Cesfam, María Olivares dijo como familia están "totalmente decepcionados" por el escaso apoyo que han tenido de parte de la Fiscalía.
"En vista que el fiscal que estuvo en la etapa inicial se fue a otra ciudad, solicitamos una entrevista con el fiscal regional, a fin de manifestarle nuestra inquietud, pero nos dijeron que no podía recibirnos. Estamos igual que al principio", precisó angustiada.
Falencias
Explicó que en las pesquisas del caso ha habido un sinnúmero de falencias.
"Mi hermano ingresó al Hospital Regional en estado inconsciente, pero nunca la Siat de Carabineros investigó el caso como sí ha ocurrido con muchos otros. En vista que la Fiscalía no se pronunció para recabar antecedentes, yo misma concurrí al lugar y conversé con testigos. Yo llevé esos testimonios en una grabación que hice", sostuvo.
Otro aspecto que recalcó como "anómalo", fue la desaparición de la ropa que vestía su hermano cuando fue ingresado en el hospital.
"Sólo me entregaron sus calcetines y zapatos, nada más. Entonces qué pasó con la ropa, que es una evidencia relevante para relacionarla con la o las personas que lo atacaron", acotó María Olivares.
Testigos sostuvieron que el trabajador de la salud fue atropellado intencionalmente por el vehículo desde el que fue arrojado previamente. Se trataría de un furgón que lo habría atropellado al menos dos veces.
Debido a ello sufrió múltiples fracturas y su hígado y pulmones fueron severamente comprometidos.
Claudio Olivares le dijo a sus cercanos que tenía miedo y por lo mismo había preferido (en algunas ocasiones), no dormir por las noches en su hogar, sino que en casa de sus amigos.
"Me molesta que en el caso de mi hermano no se investigara de la forma adecuada. Ha pasado un año y seguimos con la misma angustia y la misma incertidumbre", acotó.
6 años en el Cesfam Centro Sur trabajó Claudio, que es recordado como un buen compañero y amigo.