Geometría del desastre
Esta novela es la ciudad de Antofagasta y la ciudad es el laberinto en donde sucede la literatura. Este meta relato construido por Jorge Cifuentes Castillo, joven escritor antofagastino, es la experiencia del proceso creativo puesto al servicio de la acción, pues concibe la literatura como materia viva que el escritor recoge, cuál compilador, de los días, las lecturas, conversaciones, música, del efecto de las drogas, y del sexo. Esta primera novela, publicada bajo el nuevo sello editorial local, Ediciones Hurañas, concibe a la ciudad como experiencia, como "la organización de la tragedia de los individuos" y asume una visión posmoderna de la creación, pues no pretende establecer grandes discursos o verdades universales, sino que su apuesta está en armar y desarmar concepciones de la existencia y la literatura a través de sus personajes que funcionan como vasos comunicantes, en donde cada quién porta una perspectiva de la misma historia. Es así como Pedraza, Quinsacara, Carbonell, Labarca y Alex son fragmentos que circulan por la ciudad, y podemos mirarlos desde arriba, para verlos resistir y deambular frenéticamente por lugares que conocemos muy bien: Parque Brasil, calle Condell, La Calichera, Deep Rock, entre otros.
Tal como lo plantea Cifuentes en su epígrafe de apertura, citando a Capote, a él le fue entregado "el don y el látigo", pues podemos notar en su novela no sólo el oficio del escritor, sino también el desborde y la velocidad vital que adquiere la creación cuyo motor es el delirio y que en su obra está encarnado por Alex, el personaje femenino, que representa lo inaprehensible, el deseo nunca satisfecho, la imposibilidad de una creación terminada. Este libro es una atractiva arma que devuelve las ganas de hacer literatura, furiosamente, que nos lanza a la ciudad y nos recuerda que el tiempo para crear se agota, tal como se acorta el tiempo para vivir, mientras hacemos arqueología en los textos de otros, sin intentar "reconstruir el animal que otro cazador ha despedazado". Esta novela dentro de la novela nos atrapa y nos hace reflexionar también sobre el acto leer, estableciendo: "no leemos para recordar, leemos para hacernos con una forma de leer, una cierta manera de mirar el mundo que nos acompañará cuando todas las frases nos hayan abandonado".
María Constanza Castro M.
Académica Escuela
de Periodismo UCN
Máster en Literatura.