El machismo mata
"Las mujeres no somos objetos sexuales. Varios nos humillan con sus palabras y gestos morbosos".
La violencia de género es un tema incómodo para una sociedad machista en que las mujeres están expuestas a sufrir acoso y hostigamiento en todo tiempo y lugar. La falta de información acerca del problema, contribuye significativamente a generar confusiones en lo que respecta a su comprensión, y por ello, es bastante común escuchar que la violencia de género es solamente violencia física. Este habitual desconcierto lleva a la culturalización de algunos comportamientos que constituyen el mencionado tipo de agresión.
El acoso callejero, siendo una de sus manifestaciones, es una práctica habitual en las calles de Antofagasta. Las mujeres tienen que aguantar los comentarios inapropiados, silbidos, gritos y hasta los tocamientos, provenientes de hombres desconocidos. Yo me opongo. No permito que un individuo de 80 años me silbe. No acepto que un joven de 18 años me toque en la micro. No obstante dicha latente realidad, me pregunto, al igual que a todos: ¿Por qué nadie reacciona? Pienso que para muchos, esta problemática se ha naturalizado, pasando a formar parte de la cultura chilena. Aun así, creo que la cueca, el guitarreo y las payas, constituyen manifestación de cultura, tan bonita y diversa. El machismo no lo es.
Las mujeres no somos objetos sexuales. Varios nos humillan con sus palabras y gestos morbosos. Mucha gente se sorprende al saber que estos comportamientos constituyen una forma de violencia contra la mujer. El déficit de información adecuada sobre el acoso callejero y otras manifestaciones de violencia, dificulta la lucha contra ella y su erradicación.
El proyecto universitario que dirijo desde la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Antofagasta, tiene por objeto informar a la población antofagastina el estado del problema al cual nos enfrentamos las mujeres al igual que las minorías sexuales. Esta iniciativa, por su naturaleza, se enfrenta a resistencias, desde su inicio. Extrañamente, fuera de los muros de la Universidad, no hemos logrado conseguir financiamiento para dicha acción social sin fin de lucro y que pretende generar conciencia en las personas.
Hoy, puedo decir que la gran minería privilegia más bien la diversión que la reflexión. Quizás, el statu quo en este ámbito les conviene a muchos, olvidando que in fine el machismo siempre termina matando.
Marta Szygendowska
Doctora en Derecho y académica Fac. Ciencias Jurídicas UA