Su primer protagónico fue nada menos que "El lago de los cisnes" encarnando a Odette (cisne blanco) y Odile (cisne negro). Con nueve años de experiencia como bailarina Fernanda Saavedra (20) es una de las integrantes más destacadas en la Escuela de Ballet del Teatro Municipal, que hoy presenta su nuevo espectáculo el que fusiona tres piezas de danza de diversas épocas como "La Sílfides, Paquita y Crazy Moment", y que tiene en el rol principal una vez más a la joven antofagastina.
Un montaje que se dará en dos funciones, hoy y mañana, ambos a las 20 horas, en el recinto de calle Sucre.
En esta entrevista conoceremos un poco más sobre la joven bailarina Fernanda Saavedra.
¿Cuándo comenzó tu pasión por el ballet?
-Desde muy temprano. En el periodo de embarazo mi mama escuchaba mucha música clásica, creo que ahí nace mi pasión por el ballet y el arte de bailar. Cerca de los tres años en el jardín di mis primeros pasos bailando en 'La pérgola de las flores'. Me gustaba mucho disfrazarme, maquillarme, peinarme y participar en todas las actividades, descubriendo poco a poco qué música y expresión corporal provocaban algo en mí que me cautivaba cada día más.
Más grande, en el colegio, participé de cuanto baile me proponían, ahí estaba yo. Siempre estuve en academias extraescolares y de ballet, continúe así hasta entrar definitivamente en el año 2007 a la Escuela de Ballet del Teatro de Antofagasta, bajo la dirección de María Eugenia Candia. Mis profesores; Javier Candia, Claudia Suazo, Carolyn Galarce, donde a la fecha continúan mis estudios.
¿Cómo complementas tus estudios con el ballet?
-Bueno, es algo sacrificado y exigente. Pero la verdad es que ya estoy acostumbrada al ritmo. El ballet siempre ha formado parte de mi vida. Debo organizarme muy bien y poner de mi parte. Intento avanzar el fin de semana todo lo que es estudio para así de lunes a viernes poder disfrutar tranquila de mis clases y ensayos de ballet. Aunque muchas veces he tenido que sacrificar horas de sueño para estudiar, salidas con amigas, entre otras cosas, pero al ver el resultado me doy cuenta de que valió la pena todo el sacrificio, tanto en el ballet, como en la universidad. Me gusta lo que hago.
¿Quiénes son tus referentes a nivel local?
-Todos los maestros quienes poseen un vasto curriculum en este arte. Como no recordar el talento de Javier Candia (Q.E.P.D) que nos deleitaba con su entrega y técnica en el escenario. Puedo nombrar también a los maestros Iván Fuenzalida y Waldo Michea. A las maestras Melissa Fuenzalida y Carolyn Galarce. Todos ellos son mis referentes locales y los admiro por su trayectoria, experiencia y el trabajo diario que realizan conmigo para lograr los objetivos que esta disciplina necesita y posicionar el ballet a nivel local.
¿Cómo ves el escenario artístico de tu disciplina en Antofagasta?
-Lo veo con un rotundo éxito ya que hay muchos pequeños que se sienten motivados y ya son alumnos de la Escuela de Ballet. Es el semillero que tenemos. Este arte de a poco se ha ido ganando el corazón del público. Además la Escuela ha tenido una muy buena concurrencia en todas sus presentaciones. Como no recordar 'Signos de la Pampa', con la participación del destacado coreógrafo Jaime Pinto, 'Pedrito y el Lobo', entre otros.
¿De todas las presentaciones que has estado cuál es tu favorita?
-'El lago de los cisnes' que presentamos el año 2012. Es un clásico del ballet que cautiva, no solo por su bella música, del gran Tchaikovsky, sino también por su historia. La obra transcurre entre el amor y la magia. En esa ocasión tuve la oportunidad de representar el papel protagónico, que toda bailarina anhela. Fue una linda experiencia y gran desafío para mí, tanto por la complejidad técnica, como por la versatilidad de ambos papeles. Se me hacía muy fácil representar el cisne blanco por su delicadeza, suavidad y lentos movimientos, pero de un momento a otro debía pasar al cisne negro, cambiando radicalmente la energía, gestos, lo opuesto a Odette (cisne blanco).
¿Tienes pensado seguir como carrera profesional esta disciplina?
-Me encantaría. En estos momentos curso tercer año en la carrera Nutrición y Dietética de la Universidad de Antofagasta y este proyecto debo terminarlo. En ambas actividades me siento enteramente plena. O quién sabe, en un futuro impartir clases de ballet y ser el ejemplo para las nuevas generaciones. Creo que en una próxima entrevista ya lo habré decidido (risas).
¿Alguna anécdota qué contar con tus presentaciones o ensayos?
-Sí, siempre hay anécdotas que recordar. Hace un par de semanas, cuando fuimos a la Plaza Colón a tomar las fotos para la publicidad de la función que estamos ad portas, a la maestra Melissa se le ocurrió que posáramos arriba de un árbol, salieron fotos hermosas, todo iba bien hasta la hora de bajarse del árbol. Fue una osadía, no podíamos bajar! Tuve que pedirle ayuda a mis compañeros y al fotógrafo, luego de varios intentos, lo logramos. Recuerdo ese momento y me río sola. Y muchas otras cosas más, en cada ensayo o función hay alguna anécdota para el recuerdo.