La Plaza Bicentenario, ubicada en el sector Bonilla, desde que fue inaugurada en 2006, posee rejas y por las noches queda cerrada.
Según sus vecinos, tales protecciones han permitido conservarla y por eso las defienden, sin embargo, la duda que surge es si se trata de la mejor forma de resguardar los espacios "públicos", que por definición, debieran estar siempre a disposición de quienes deseen emplearlos.
El espacio es tranquilo y acogedor en el día. Rondan guardias y jardineros encargados de su mantención, quienes lo cierran a las 21 horas.
El asesor urbanista de la municipalidad, Jorge Luis Honores explica que el resultado de instalar rejas ha sido bueno, porque permite manejar un recurso limitado para la mantención de áreas verdes.
Sin embargo, el arquitecto considera que lo ideal no es cercar los parques.
"La idea es que la gente adquiera identidad con ellos, así no habría necesidad de cercar nada, porque la misma gente cuidaría", asegura.
Pero esto no siempre ocurre. Por eso el municipio aspira a que los antofagastinos adquieran identidad con los espacios públicos, para lo cual se requieren cuatro elementos básicos (ver recuadro).
Honores considera que si el espacio no es utilizado de manera óptima, por ejemplo, si se presta para la venta de drogas o consumo de alcohol, no existe posibilidad de generar el resultado que busca.
valorización
Marcelo Castillo, vecino de la población Bonilla, estima que la reja significa protección para la Plaza Bicentenario, porque "la droga y el alcohol producen vandalismo".
Daniel Sepúlveda, quien practica parkour en ese mismo espacio, también cree que es bueno que la cierren.
"La mayoría de los antofagastinos, en especial en este sector, es sucio. Dejan las botellas de alcohol, cajas y le dan más trabajo a la gente que limpia", argumenta.
En el Centro de Promoción y Rehabilitación Juan Pablo II de la CMDS, ubicado en Av. Bonilla con Vladimir Saavedra, también optaron por instalar rejas para resguardar sus juegos infantiles y piscinas, y sus vecinos lo agradecen.
Lo mismo ocurre con la plaza ubicada en calle Uribe, entre Manuel Rodríguez y Saavedra.
Leonel Barreda vive hace 25 años en la Población 21 de Mayo, donde se ubica el espacio, y relata que hace un año la junta de vecinos decidió hacer un esfuerzo y remodelarlo.
"Las rejas sirven para que la gente use los accesos de la plaza. Si no estuvieran, andarían pisando el césped, que se deteriora con mayor facilidad", argumenta.
En el lugar se cumplen las condiciones que mencionó Jorge Luis Honores Honores.
Los niños juegan constantemente y los vecinos se apropian del espacio, pero aún así no está exento de daños.
"El vandalismo es básicamente por cultura. El chileno ve una pared bien pintada y la raya. No sé si eso será un placer", reflexiona Leonel.