Una semana ha transcurrido desde que la zona norte de Chile, particularmente Antofagasta y Atacama, comenzaran a padecer los efectos de las lluvias. Los ecos de la polémica surgida tras los anuncios y antecedentes meteorológicos que se manejaban antes de la catástrofe y el trabajo de la Onemi de cara a esta emergencia, aún son motivo de debate y, seguramente, darán base para análisis y revisiones profundas.
Los datos dados a conocer por el meteorólogo Anthony Sagliani, de AccuWeather, uno de los proveedores de servicios meteorológicos más importantes del mundo, advertían con más de 48 horas de anticipación las características del evento que se acercaba. Y así surgió la crítica respecto a la supuesta falta de celeridad con la que los organismos oficiales podrían haber actuado, ante tan complicado escenario.
Si bien es cierto que algunas advertencias más concretas y con mayor conocimiento de la realidad geográfica e hídrica habían sido útiles para paliar efectos de los aluviones, hay problemas de fondo de los cuales una previsión a tan de corto plazo jamás podría hacerse cargo.
Y esto tiene que ver con la manera en que se planifican las ciudades. El ejemplo de Diego de Almagro, El Salado y Chañaral es muy gráfico, respecto a los defectos de las construcciones cercanas o incluso, en el mismo lecho seco del antiguo cauce del río Salado.
Lo mismo sucede y ha ocurrido anteriormente en Antofagasta, donde el caso del aluvión de 1991 aún está en la memoria de miles de vecinos, pero aun así, no se ha continuado con las obras faltantes y miles de vecinos siguen construyendo en sitios peligrosos.
También está Copiapó, que se caracteriza por ser una de las comunas del país con mayor proporción de campamentos, muchos de ellos emplazados en quebradas con riesgo aluvial. Incluso, no son pocas las caletas en el norte que se encuentran en una situación similar a la de Chañaral.
Sin duda que la catástrofe debe mover a una revisión de los emplazamientos urbanos y sus condiciones. Es una manera realmente efectiva y a largo plazo para prevenir.