Roberto Fantuzzi, presidente de la Asociación de Exportadores y Manufacturas (Asexma), es un tipo que se caracteriza por su buen humor y por decir las cosas tal como piensa. Sin muchos rodeos.
Hace unos días visitó Antofagasta en el marco de una jornada que presentó en la capital regional a la Fundación de Familias Empresarias de Chile (FEC). Una instancia que sirvió dar a conocer las distintas visiones acerca de la importancia y el valor de trabajar en la permanencia de las familias empresarias del país y mantener su relevante aporte a la dinámica económica del país.
Durante el desarrollo de esta actividad, hubo un tema transversal en cada una de las exposiciones y que en cada tema, afloró de manera natural. La crisis de credibilidad y el rol de los empresarios en el actual escenario nacional.
Terminada aquella jornada, Fantuzzi abordó con este Diario sus impresiones respecto del delicado momento que vive el país y en especial la clase empresarial y política a la luz de casos como Caval, Penta y SQM.
¿Cómo evalúa la situación actual de desprestigio de la clase política y el empresariado?
-De los tres pilares que sustentan la moral de un país, dos están muy desprestigiados: el sector empresarial y político. Pero es una oportunidad para aprovechar la crisis para hacer grandes cambios en nuestro país. El único temor es que a veces estos cambios se van al otro extremo y eso no es bueno.
¿Una asamblea constituyente es alternativa?
-Hay gente que anda pidiendo una asamblea constituyente, puede ser que sea necesario, pero es necesario tener muy claro que a veces con la cabeza caliente podemos cometer errores y hacerle daño al país.
En estos momentos difíciles se requiere mesura, convocar y escuchar a la gente que presenta cordura, hacer una mezcla de jóvenes y viejos. No es bueno desperdiciar la experiencia de los más viejos.
¿Tiene rápida solución?
-Yo veo muy negro el panorama. Chile es otro desde Penta para adelante.
errores
Pero las críticas de Fantuzzi a sus pares empresarios no son nuevas. Ya a mediados del año pasado responsabilizó públicamente al sector por el clima "antiempresarial" derivado de casos como "Cascadas" o "La Polar".
"De lo que deberíamos estar preocupados es cómo mejoramos nuestra imagen, y depende de nosotros. Nuestro país y los empresarios han sido capaces de exportar, poner el nombre de Chile afuera y no hemos sido capaces de mejorar nuestra imagen interior, pero nosotros somos responsables de esa imagen", dijo en la ocasión.
¿Qué responsabilidad tienen los empresarios en este panorama de desconfianzas?
-Mucha. Yo como Roberto Fantuzzi soy responsable porque he cometido millones de errores y seguramente algunas de mis actuaciones no han sido correctas y pueden haber configurado un delito. El sólo hecho de financiar la política de manera indirecta, que no era lo adecuado, es lamentable. Ya llegó el momento de terminar con esas situaciones.
¿Deben las empresas entregar dineros para campañas políticas?
-Yo soy de la idea de que las empresas no tienen por qué entregar dinero a la política. Mira el caso de SQM que es "afpable", donde hay plata de los fondos de pensiones de todos los chilenos, están dando plata a un partido político sin la autorización de nadie. El directorio tiene poderes, pero si hubieran hecho una consulta, nadie hubiera aceptado esos aportes.
¿Es mejorable la situación a través de políticas públicas?
-En Chile estamos acostumbrados a que todo lo solucione una ley. Yo sé desde niño lo que es bueno y malo. Sólo a veces es necesario el marco jurídico de una ley.
En este caso específico, creo que la Presidenta Michelle Bachelet debe ejercer su liderazgo lo más rápido posible, cuando se producen estas demoras, la gente que está fuera del sistema comienza a percibir que la autoridad política está dilatando las cosas con el objetivo de que queden en el olvido.
¿Qué tanto puede afectar al empresariado esta situación?
-Todavía no veo tanto efecto en la gente que está por fuera, pero al interior del gremio veo que sí nos ha golpeado fuerte. Si ahora no existen empresarios en este país, ahora son todos emprendedores.
Esa es la mejor señal del desprestigio que hay, hoy nos da vergüenza decir que somos empresarios. Es terrible, porque los emprendedores son otra cosa muy distinta a nosotros. Eso es una realidad.