Correo
Barras bravas
Todos hemos caminado alguna vez por una calle cuyos postes de luz tienen una pintura relacionada con un equipo en particular. Sabemos, entonces, que esto se debe a las batallas territoriales que llevan a cabo las barras bravas en las poblaciones. Sin embargo, no es sólo una batalla futbolística, sino que se suman otros dos componentes: el narcotráfico y la política.
El primero permea las hinchadas de los clubes mediante la venta de estupefacientes dentro de estos territorios delimitados, para luego transformar a los barristas en soldados que se dedican a defender dichas zonas. La segunda, la política, se encarga de transmitir un mensaje a estos grupos, generando en su interior movimientos "antifascistas", "feministas" y otros más, tal como lo mencionan Andrés Barrientos y Bastián Gajardo en su libro Proceso Insurreccional, para que estos grupos les sean funcionales en su causa política.
La clase política debe actuar de manera consecuente con su discurso y, en conjunto con el gobierno, defender el Estado de derecho, tanto al interior como en el exterior de los estadios, porque hasta ahora la sensación que dejó Estadio Seguro es que nunca brindó seguridad.
Tomás Ojeda Aravena
Igualdad ante la ley
Recientemente el Presidente Boric manifestó que "nadie está por sobre la ley", a raíz de solicitud de incautación de teléfonos celulares por parte de la Fiscalía del Ministerio Público.
Cobra vigencia la igualdad ante la ley que consagra la Constitución Política de la República. Los ordenamientos jurídicos reconocen formalmente este principio, pero dificultan su aplicación real desafiada por diversas desigualdades sociales, económicas y sistémicas.
Se requiere un esfuerzo continuo por parte del Estado y la sociedad en general para minimizar estas barreras y acercarnos lo más posible a una igualdad sustantiva ante la ley. Implica no sólo tener leyes justas, sino también garantizar un acceso equitativo a la justicia, combatir la discriminación en todas sus formas y trabajar para reducir las desigualdades socioeconómicas que influyen en el ordenamiento legal.
Juan de Dios Videla
Ruido
Vivimos en ciudades donde el ruido se ha vuelto parte del paisaje. Sirenas, motores, bocinas, construcciones, música. Es tan constante que muchas veces lo normalizamos, pero no deberíamos. Porque la exposición prolongada al ruido urbano -que en muchas zonas fluctúa entre los 75 y 85 decibeles- puede dañar de forma irreversible nuestra salud auditiva.
La OMS establece que los niveles peligrosos comienzan desde los 55 decibeles. Es decir, la mayoría de nosotros vivimos con 20 o 30 decibeles por encima de lo recomendable. Y el problema no es solo la pérdida de audición.
El oído está estrechamente conectado con el sistema nervioso central. La exposición constante al ruido puede generar estrés, dolores de cabeza, dificultad para comunicarse y problemas cognitivos. Es importante diferenciar entre una simple molestia y la contaminación acústica: cuando el ruido dificulta mantener una conversación o genera malestar en varias personas, ya no es solo un tema de percepción individual, es un problema de salud pública.
Por eso, la salud auditiva debe ser parte de los chequeos anuales, igual que la vista o la dentadura. Y especialmente quienes trabajan cerca de fuentes ruidosas -construcción, autopistas, eventos masivos- deben contar con protección auditiva adecuada. Desde tapones básicos hasta soluciones más avanzadas con filtros o tecnología inteligente, hay formas de cuidar un sentido que, cuando se daña, no se recupera. A toda edad, oír bien es vivir mejor.
Víctor Astudillo
Emprender con propósito
El emprendimiento es un motor vital para la economía de Chile y del mundo. En nuestro país, los emprendedores juegan un rol esencial en la generación de empleo y en la transformación de los sectores productivos. Según cifras compartidas en emprende.cl, del Banco Central de Chile, las pequeñas y medianas empresas (pymes) generan aproximadamente el 50% del empleo en el país. Además, contribuyen con un 30% al Producto Interno Bruto, subrayando su importancia en la economía nacional.
Para tener éxito: la clave es emprender con propósito, lo que constituye el alma de cada proyecto. No basta con crear un negocio; se trata de tener una misión que impulse cada paso. Un artículo de Harvard Business Review señala que las empresas con propósito abren nuevas posibilidades de crecimiento y aportan beneficios a largo plazo a los consumidores, al vincularlo con acciones sostenidas en el tiempo. Así, con empuje y pasión es posible que una idea, por más sencilla que parezca, se transforme en un emprendimiento con impacto, capaz de revolucionar profundamente a la industria y a cientos de adeptos.
Hago un llamado a todos aquellos que tienen un sueño, a que no teman perseguirlo. Desarrollar un negocio es un acto de valentía, de convertir anhelos en realidades tangibles. Sigamos adelante, innovando y trabajando con ímpetu, porque cada idea puede ser la semilla de un futuro más prometedor.
María Prieto
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