Correo
Prácticas de "culo"
No hay plata para comprar medicamentos pero si para enseñar a mover el culo. Prioridades del Frente Amplio y del Ministerio de las Culturas de un gobierno francamente nefasto. Después se preguntan por el avance de Johannes Kaiser o de Donald Trump.. Es que hay que esforzarse para ser tan estúpidos.
Óscar Ramón Sepúlveda
Medioambiente
Las cifras en torno al medioambiente dejan la sensación constante de que el momento de actuar fue ayer, pero lo cierto es que todavía estamos a tiempo para detener el avance de la triple crisis (climática, de biodiversidad y de contaminación), y todo lo que podamos hacer contribuye a avanzar en esta meta que la humanidad se ha propuesto.
El sector privado, por cierto, es un actor clave en este escenario, donde debe promover soluciones e innovaciones que nos permitan generar ecosistemas de negocios más sostenibles y acordes al momento que nos ha tocado vivir. Parece cada vez más urgente que la economía circular tome el espacio que necesita en este mundo.
Aunque las decisiones de los líderes globales puedan ir, por momentos, en contra de estos anhelos e intereses, sabemos que las personas están dispuestas a cambiar sus hábitos de consumo y que comienzan a demandar al sector privado no sólo una mayor preocupación en la materia, sino que también seamos capaces de acompañarlas en estos esfuerzos que, finalmente, nos benefician a todos.
Si Estados, empresas y consumidores nos activamos juntos en este propósito y hacemos nuestra parte, es muy probable que en el futuro celebremos que 2025 fue el año en que finalmente logramos revertir la tendencia.
Elena López
Bono de Invierno
El Bono de Invierno en Chile comenzó a implementarse en 1989, durante el gobierno de Patricio Aylwin, como una medida excepcional destinada a apoyar a los adultos mayores con menores ingresos durante los meses más fríos. Desde entonces, se ha convertido en una política social recurrente, entregada cada año, con el objetivo de aliviar -al menos momentáneamente- el impacto del frío y los gastos que aumentan en invierno: mayores enfermedades, costos de calefacción, entre otros.
Aunque a veces es percibido como una medida asistencialista, el Bono de Invierno constituye una ayuda necesaria y esperada cada mes de mayo para millones de pensionados que sobreviven con ingresos mínimos. Para muchos, esos $81.257 entregados pueden marcar la diferencia entre comprar medicamentos o pagar una cuenta de electricidad.
Sin embargo, este beneficio también revela las falencias estructurales de nuestro sistema de protección social. En un escenario ideal, los bonos estacionales no deberían ser necesarios para garantizar la supervivencia. Sería más justo contar con apoyos permanentes durante todo el invierno, considerando que el costo de vida actual supera ampliamente lo que cubre el Bono. Se requiere avanzar hacia políticas públicas que fortalezcan el sistema previsional, implementen subsidios energéticos bien focalizados, mejoren las condiciones de vivienda para enfrentar las bajas temperaturas y amplíen la cobertura farmacológica.
El Bono de Invierno cumple su función, pero no puede ser la base de nuestra política social para los adultos mayores. Nadie sobrevive dignamente con una ayuda que equivale a menos de la mitad de la pensión mínima garantizada ($222.475). Es tiempo de mirar más allá del beneficio puntual y construir soluciones permanentes que devuelvan dignidad y estabilidad a quienes más lo necesitan.
Judith Guajardo
Parque Horizonte
La inauguración del Parque Eólico Horizonte de Colbún en Antofagasta, con 816 MW y una inversión de US$900 millones, marca un hito en la transición y seguridad energética de Chile, robusteciendo nuestra matriz eléctrica. Sin embargo, su importancia no radica solo en su magnitud, sino también en su capacidad de responder a una creciente necesidad del futuro digital.
Hoy estamos presenciando un crecimiento sin precedentes en la demanda eléctrica, impulsada por el avance de la inteligencia artificial (IA), que está redefiniendo la manera en que las empresas gestionan la información. Sectores como la minería, energía, banca, salud y educación están experimentando una profunda transformación, donde los centros de datos emergen como la columna vertebral de esta nueva infraestructura digital. Según recientes proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se estima que el mercado global de IA en centros de datos crecerá a una tasa anual del 32% en los próximos cinco años, lo que refleja la magnitud del impacto que estamos presenciando. Además, se proyecta que para 2030 el consumo energético de estos centros represente más del 8% del consumo global de electricidad.
El proyecto de Colbún y otros que puedan venir, nos permiten ir garantizando un desarrollo tecnológico sostenible que impulse la innovación y la eficiencia energética. Chile tiene la oportunidad de consolidarse como un hub tecnológico en la región, lo que no solo traerá reconocimiento, sino que también impulsará nuestra economía. La sinergia entre energías renovables y tecnología es clave para un futuro más sustentable y competitivo.
Víctor Paredes