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Una investigación descarta que Venus pueda haber albergado vida

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El estudio de la composición química de la atmósfera de Venus reveló que el vecino planetario más cercano a la Tierra nunca ha sido habitable, según describe un artículo en Nature Astronomy.

Los investigadores, de la universidad británica de Cambridge, vieron que el interior de Venus es "demasiado seco" como para que alguna vez hubiera podido tener agua suficiente para albergar un océano en su superficie.

Sus resultados, basados en el estudio de datos proporcionados por varios instrumentos del telescopio espacial James Webb, evidencian que el planeta ha sido probablemente un mundo abrasador e inhóspito durante toda su historia.

Para llegar a esta conclusión, fue clave comprobar que la composición de los gases volcánicos que sostienen la atmósfera de Venus apenas poseen un 6% de agua, lo que indicaría que el interior de este planeta, fuente del magma que libera esos gases, también está deshidratado.

En la Tierra, las erupciones volcánicas son principalmente de vapor, debido a que su interior es rico en agua.

"No sabremos con certeza si Venus puede albergar o albergó vida hasta que enviemos sondas a finales de esta década, pero es difícil imaginarlo porque la vida requiere de la presencia de agua líquida y este planeta no la tiene", señala una de las autoras, Tereza Constantinou.

A finales de esta década, la misión DaVinvi de la NASA podrá comprobar y confirmar si Venus fue siempre seco e inhóspito, a través de una serie de sobrevuelos y el envío de una sonda a la superficie.

Los resultados podrían ayudar a los astrónomos a centrarse en exoplanetas fuera del sistema solar, con más probabilidades de ser capaces de albergar vida.

Ártico sin hielo: la Tierra está a sólo tres años del fenómeno que puede trastornar el clima

ESTUDIO. Climatólogas hicieron más de 300 simulaciones computarizadas.
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Efe

La imagen del Ártico totalmente liberado de hielo marino en verano podría producirse antes de lo esperado: en 2027, según una nueva investigación que advierte de la aceleración de los plazos de deshielo en la revista Nature Communications.

Un equipo de investigadores dirigidos por las climatólogas Alexandra Jahn (Universidad de Colorado en Boulder) y Céline Heuzé (Universidad de Gotemburgo, Suecia), utilizó modelos informáticos para predecir cuándo podría producirse el primer día sin hielo en el océano más septentrional.

Un Ártico sin hielo, como advierten los científicos desde hace décadas, podría afectar significativamente al ecosistema y al clima de la Tierra al cambiar los patrones meteorológicos.

"El primer día sin hielo en el Ártico no cambiará las cosas radicalmente, pero demostrará que hemos alterado una de las características definitorias del entorno natural del Ártico debido a las emisiones de gases de efecto invernadero", señala Alexandra Jahn.

Para llegar a la conclusión de que el Ártico quedará libre de hielo dentro de tres años, los investigadores proyectaron el primer día sin hielo utilizando los resultados de más de 300 simulaciones por computador.

Comprobaron que la mayoría de los modelos preveían que el primer día sin hielo podría producirse entre nueve y veinte años después de 2023, independientemente de cómo evolucionaran las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero los autores vieron que hay una serie de fenómenos meteorológicos extremos que podría derretir dos millones de kilómetros cuadrados o más de hielo marino en un corto periodo de tiempo: un otoño inusualmente cálido debilita primero el hielo marino, seguido de un invierno y una primavera cálidos en el Ártico que impiden la formación de hielo marino.

Cuando el Ártico experimenta un calentamiento tan extremo durante tres o más años seguidos, el primer día sin hielo podría producirse a finales del verano.

Según estas últimas variables, nueve simulaciones arrojaron que podría producirse un día sin hielo en tres años, o como mucho dentro de seis.

No obstante, las investigadoras alertan que no todo está perdido y que en sus modelos vieron que una reducción drástica de las emisiones podría retrasar la desaparición del hielo en el Ártico y que "cualquier reducción de las emisiones ayudaría a preservar el hielo marino".

A medida que el clima se calienta por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el hielo marino del Ártico ha desaparecido a una velocidad sin precedentes de más del 12% cada década.

En septiembre, el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Colorado informó que el día con menor cantidad de agua marina congelada en el Ártico fue uno de los más bajos registrados desde 1978: 4,28 millones de kilómetros cuadrados, el mínimo de este año estuvo por encima del mínimo histórico de septiembre de 2012.

Ese mínimo marca un descenso en comparación con la cobertura media de 6,85 millones de kilómetros cuadrados entre 1979 y 1992.

Cuando el Océano Ártico tiene menos de un millón de kilómetros cuadrados de hielo, los científicos consideran que el Ártico está libre de hielo.