Correo
Condición sine qua non
La ministra Carolina Tohá calificó el sábado recién pasado como "habitual" los 25 homicidios perpetrados hasta esa fecha en Fiestas Patrias. Es fundamental señalar que lo que debe ser habitual es vivir seguros.
John Locke, en su Tratado sobre el Gobierno Civil, enfatiza la seguridad como una de las bases para una sociedad libre y explícitamente declara que "donde no existe la ley, no existe la libertad". Es decir, el rol superlativo del Estado es garantizar seguridad y justicia, para que de esa manera la ciudadanía goce de la libertad. De lo contrario, pasaremos de un Estado de derecho a un Estado fallido.
Es importante reflexionar que Chile está en riesgo de terminar en un Estado fallido, puesto que de ser el país más seguro de la región, nos encaminamos a ser uno de los más peligrosos. El gobierno asumió con 906 homicidios en 2021 y hoy la cifra supera los 1.200 al año. Por su parte, el 87,6% de los chilenos cree que la delincuencia está aumentando en nuestro país.
¿Seguirá siendo habitual que el crimen organizado esté superando al Estado de derecho? ¿Usará el Estado la legítima fuerza y el imperio de la ley contra los criminales para proteger nuestra libertad?
Rubén Álvarez
Muertes en Fiestas Patrias
Josef Stalin señalaba: "La muerte de una persona es una tragedia, la de un millón es una estadística". Es trágico pensar que Carolina Tohá es más cercana a este frívolo razonamiento que al dolor de las personas, familias y barrios que sufren, mueren o se desintegran por los homicidios y la delincuencia.
Como máxima autoridad a cargo de la seguridad pública, las declaraciones de Tohá son un reflejo de un inexplicable conformismo gubernamental frente al pantano de inseguridad en el que nos encontramos inmersos.
Una autoridad que ante esta realidad se muestra conforme, indiferente y no se inmuta, no puede tener cabida en el Ministerio del Interior.
Cristóbal Quiroz N.
Orden y seguridad
En relación con la carta del lector Rubén Álvarez, cabría comentar que la idea de Estado reposa, en último término, en el imperativo de orden y seguridad. Estados "fallidos" son aquellos que se caracterizan por su incapacidad para tener el control sobre regiones de su territorio y para asegurar en ellas el monopolio de la violencia física legítima.
Eso es lo que ocurre en numerosos territorios rurales y urbanos de Chile, en los que sus funcionarios no pueden ingresar, la población está atemorizada, el Estado está ausente y, en ciertos casos, son los narcotraficantes quienes brindan servicios que el Estado no otorga.
Son Estados fallidos aquellos incapaces de proveer a su población los bienes públicos imprescindibles para mantener su orden institucional y para asegurar el orden público y el respeto de derechos y libertades.
Adolfo Paúl Latorre
El valor del juego
En el escenario actual, en que la infancia enfrenta múltiples desafíos, el juego emerge como un derecho esencial y una herramienta transformadora en el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿qué tan conscientes somos de la importancia del juego en la vida de los más pequeños?
Para la Asociación Americana de Terapia Ocupacional, el juego dice relación con "actividades que están motivadas de forma intrínseca, controladas de manera interna y libremente elegidas, que pueden incluir la suspensión de la realidad". Esta definición resalta su carácter libre y autónomo, diferenciándolo de otras actividades dirigidas o impuestas. A su vez, la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 sitúa al juego al mismo nivel que la educación, la salud y la protección, destacando su importancia en el desarrollo integral de la niñez.
Lejos de ser una actividad trivial o meramente recreativa, el juego es una práctica que impacta positivamente en múltiples aspectos del desarrollo infantil, como el desarrollo de habilidades cognitivas, motoras y socioemocionales, así como la promoción de la creatividad y la resiliencia. Los niños no sólo aprenden a interactuar con el mundo que los rodea, sino también desarrollan competencias esenciales para la vida, como la resolución de problemas, la toma de decisiones, la empatía y la comunicación efectiva.
Macarena Guzmán
Marcela Cubillos
Es a lo menos extraño, que alguien que gana 17 millones de pesos por hacer "clases" quiera ser alcalde, cargo que tienen un sueldo de menos de 3 millones de pesos... ¿Sospechoso también no?
Será por vocación de "servicio público"?
Juan Miranda