Efe

El año 1972 fue crucial para John Lennon y Yoko Ono: acababan de mudarse a Nueva York y su vida transcurría entre activismo político y el arte. Un nuevo documental presentado ayer en Venecia husmea en el día a día de esta pareja para recordar de paso los sueños de revolución de una entera generación.

La cinta 'One to One: John & Yoko', de los realizadores Kevin Macdonald y Sam Rice-Edwards y coproducido por Brad Pitt, rememora con imágenes de archivo el único concierto que Lennon dio tras el último con los 'Beatles' solo seis años antes.

La primera revelación es que aquel concierto de tono pacifista, como un segundo Woodstock, en un primer momento se pensó para causas como la excarcelación de presos o para exigir la despenalización del cannabis, aunque finalmente se eligió a los niños discapacitados.

"Muestra ese viaje político e idealista que pasa de querer destruir el sistema y la corrupción de los políticos a la convicción de que era demasiado difícil hacerlo.. para empezar a pensar qué se podía hacer para ayudar a una escala menor", explicó Macdonald durante la rueda de prensa de presentación.

Y agregó: "Es una transición interesante en el pensamiento político de John".

Uno de los aspectos más interesantes de este documental son las grabaciones de las llamadas que entraban en el apartamento de John y de Yoko, grabadas por la pareja ante el temor de ser espiados.

En una, la artista japonesa ya denunciaba el "machismo" de quienes la insultaban en Reino Unido por la separación del grupo de Liverpool y en otra reconocía el dolor por la separación de su hija Kyoko, arrebatada por su padre Anthony Cox durante dos décadas.

"La idea del filme es estar con ellos, como sentados en su casa", apostilló su productora, Alice Webb.

EL IMPERIO y el hijo

Pero otra de sus intenciones es retratar a un imperio, Estados Unidos, imbuido en plena paranoia por la revolución, sumido en las protestas contra la guerra de Vietnam y los escándalos de Richard Nixon, todo ello retransmitido por la incipiente televisión.

La cámara muestra la red de amigos que la pareja vanguardista tejió en seguida en Estados Unidos, mostrando sus reuniones con el escritor 'beat' Allen Ginsberg, o sus esfuerzos por liberar a John Sinclair, condenado a 10 años de prisión por posesión de marihuana y a quien Lennon dedicó una canción.

Entretanto, el matrimonio se consolidaba con la llegada al mundo de su único hijo, Sean, que corretea ante la cámara por su apartamento frente a Central Park.

El concierto finalmente tuvo lugar en el Madison Square Garden el 30 de agosto de 1972, finalmente sin la buscada participación de Bob Dylan. Fue el único completo que Lennon dio tras su marcha de los 'Beatles', ocho años antes de su asesinato a las puertas de su casa.

La linterna es un implemento que nos permite abrirnos camino cuando la ruidosa oscuridad reinante nos impide retomar el camino o cuando buscamos el norte que hemos perdido. La Linterna de Papel la creó Andrés Sabella, para hurgar en los rincones de las circunstancias, buscando soluciones de humanidad.

Soy ovallino y desde niño escuché hablar de los Canihuante, con el sonido de un apellido ancestral. Y fue aquí, en Antofagasta, dónde conocí a María Canihuante, en esa pléyade de hijas espirituales del poeta.

Es esta herencia de alumbrar caminos lo que María heredó y volvió a dar vida, tejiendo una red de importantes Linternistas, tanto en el presente como en el pasado y que no puede ni debe desaparecer, permitiendo que parte importante de la historia cultural y artística de Antofagasta, del ayer y de hoy, tome vigencia, superando el olvido. Así, escritores, periodistas y artistas, creadores de obras mayores, lanzan un haz de luz por un instante. Para muchos, y también para mí, el invitarme a escribir Linternas me ha permitido sacar a la superficie experiencias y descubrimientos estéticos que permanecían bloqueados o sepultados.

Con las Linternas de Sabella y las actuales se podría escribir una historia de Arte Regional que seguramente nos otorgaría sorpresas, como una galaxia perdida en lo más profundo del universo, por todo el amor que sentía por el oficio brujo del arte, del dibujo y del color acuarelado. Es decir, transparente. Y porque él conoció a los viejos precursores que visitaban su casa, que tenía el mar por patio.

Al fallecer Andrés, su muerte provocó una conmoción en Antofagasta. Aunque era una Muerte Anunciada, descrita al detalle en un poema que, más que surrealista, es casi un testimonio presentido por el vate de su propio final, en que el paisaje urbano que amaba ondula y se transforma en olas de dolor.

Es este el universo propio de un poeta y artista el que un grupo de mujeres de Teillard de Chardin y otras, exalumnas, quieren salvaguardar del paso inmisericorde del tiempo. Son ellas las creadoras de la Corporación Cultural Andrés Sabella.

Hoy, María Canihuante es la Presidenta de la Corporación Linterna de Papel de Andrés Sabella, Curadora del Patrimonio del poeta.

Su iniciativa de resucitar la Linterna de Papel de Sabella, publicadas en el Mercurio de Antofagasta ha sido una gestión que ha permitido que parte importante de la historia cultural y artística de Antofagasta, del ayer y de hoy, tome vigencia, superando el olvido.

Andrés Sabella fue el primer poeta en lanzar sus poemas desde una avioneta sobre el centro de la ciudad y hoy, el aeropuerto de Antofagasta lleva su nombre, fruto del esfuerzo de María Canihuante. Son muchas otras las iniciativas de María para hacer presente a Andrés en su Antofagasta, la ciudad que tanto amó.

Antofagasta es quizás una de las pocas ciudades sobre las que se enseñorea el alma de un poeta. Y María es el Ángel guardián de dicha herencia.

El hogar de María Canihuante es un mágico rincón sabelliano.

Waldo Valenzuela

Maestro de Maestros