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Con múltiples shows por todo Chile, Lucybell inicia su Tour Sesión 3000

MÚSICA. La banda comenzará un largo recorrido por el país a contar del 11 de julio con 20 fechas confirmadas.
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Amelia Carvallo

Luego de sus exitosos conciertos en el Teatro Municipal de Santiago, Lucybell afina los detalles para iniciar el Tour Sesión 3000, la gira nacional de la banda que comienza este 11 de julio en Curicó y culminará el 31 de agosto en Frutillar. Entre medio, pasará por Rancagua, Concepción, Ovalle, La Serena, Chillán, Osorno, Antofagasta, Los Ángeles, Buin, Talca, Temuco, Valparaíso, Castro y Santiago.

El compositor, voz y guitarrista de la banda, Claudio Valenzuela cuenta que todavía está en su casa, en Estados Unidos, y que está preparando el montaje del show que presentarán junto a los dos otros Lucybell, que son el bajista Eduardo Caces y el baterista Cote Foncea.

Será cuando aterrice en Santiago, a fines de junio, que empezarán a ensayar su extenso cancionero. "Sabemos lo que queremos mostrar, estamos trabajando la preproducción en estos momentos para que cuando yo llegue esté todo trabajado, todo montado, todo pensado y listo para tocar. Nos conocemos muy bien, sabemos lo que queremos y lo que vamos a mostrar y eso es lo más interesante, creo que es una nueva etapa de la banda, muy bien marcada que nos encanta, que me gusta mucho", dice el frontman.

-¿De cuánto tiempo de duración será el espectáculo que preparan y qué parte de su repertorio visitarán?

-(Risas) Todavía esa parte es un misterio, lo estamos resolviendo porque siempre nos pasa con los conciertos, especialmente cuando van a ser grabados que hacer una lista de temas y saber lo que queremos es algo que toma un tiempo, pero estamos muy cerca de poder tenerlo pero generalmente hacemos show de una hora y media a dos horas, dependiendo a veces cómo transcurren los tiempos pero sí, esa es un poco la idea.

-¿Suman a Cuti Aste como cuarto Lucybell o algún otro músico/a?

-Todavía estamos en eso, insisto, creo que vamos a tener pero vamos a estar los tres yo creo en esta parte, jugamos muchísimo con invitados y si estuviera Cuti sería un honor tenerlo, es tremendo aporte haber contado con él, por el momento vamos a concentrarnos en el trío para esta Sesión 3000, como lo dice, los tres, los músicos de Lucybell in stage... siempre vamos a tener cosas diferentes para la sonoridad y para la presentación de los temas pero creo que pondremos lo primordial en el trío, queremos hacer algo así.

-Tienen como 20 fechas confirmadas en un espacio de tiempo de 52 días ¿cómo se preparan y enfrentan ese ritmo?

-De hecho hablaba ayer sobre eso con mi hijo, le decía que iba a tener show cada dos días más o menos, en promedio y ¡es muy bueno!, es increíble, estamos increíblemente felices con la recepción de toda la gente, sus ganas de querer escuchar a la banda y tenemos en mente los resultados previos que hemos tenido con todas las giras que ya hemos hecho, todo siempre lleno, con público joven y nuevo también que está interesado en escuchar lo que pasa con Lucybell, ahí está el quid de todo, cuando canto veo al público al frente y veo muchas caras jóvenes, y también muchas caras como las nuestras, yo tengo 55, están los papás con sus hijos, es interesante el proceso que ha pasado en estos últimos años, creo que es postpandemia por decirlo de alguna forma. Nos enorgullece poder ir a lugares que hace tiempo no íbamos, siempre es bueno volver, e insisto, con nueva música que es algo que siempre hemos hecho, hace más de 30 años.

-¿Por qué se llama el tour Sesión 3000?

-Yo creo que es por la sensación de que nosotros somos tres, tres músicos con una posición y una disposición: el tres mil es como proyectarse al futuro además, queremos potenciar esto que nos hemos dado cuenta Eduardo, el Cote y yo, que tenemos algo entre manos, este 2024 es todo diferente y eso lo hace bastante mágico, siento que está pasando ahora, algo que pensé que no iba a pasar nunca más.

En su extensa carrera Lucybell ha recorrido gran parte de la red de teatros municipales y la experiencia ha sido magnífica porque están impecables en su acondicionamiento y en el buen sonido que se puede alcanzar en ellos. "Estos espacios tienen que ser ocupados, tienen que ser utilizados, en mi opinión creo que faltan más cosas como estas, nunca está de más que hayan más bibliotecas públicas, museos y lugares donde escuchar música, hay mucho por hacer en cultura y los teatros son un súper buen comienzo", asegura Valenzuela. Por cierto, los dos conciertos que harán en el Teatro Municipal de Santiago los van a grabar y en octubre parten con esta gira a lo que llaman su "segunda casa": México.

Sergio Gaytán

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Hoy recordé a Sergio Gaytán. Fue algo casi absurdo: entré a mi estudio, vi mis libreros cercanos al escritorio y su voz amarga, profunda y bien matizada vino aquí, al espacio vacío, para decir que siempre hay que estar lo más cerca posible de los libros, que entre más pequeño el espacio donde trabajas, mejor. Esa cercanía entre escritorio y libreros es necesaria para intrusear, sacar, mover, estirar las manos y dar con el libro exacto. Eso me lo dijo cuando lo conocí en su casa de la avenida Santos Ossa. Fue Mónica, su ex mujer, quien me invitó allá, cuando apenas era un poeta joven, recién llegado de haber concluido mis estudios en la ciudad sabalera de Santa Fe, Argentina. La primera imagen, entonces, que guardé de Sergio fue sentado en su estudio, con los estantes de libros casi cayendo encima de su cuerpo moreno y delgado. Apenas entré, saludándolo a mi paso, vi un libro de Benedetti que no tenía. Lo tomé por curiosidad y me lo obsequió. Esa sería una constante, en cada visita a su casa siempre me regaló libros. En la parte inferior de uno de mis anaqueles conservo lo que compiló, antologó, los estudios y prólogos que dejó impreso en una treintena de libros, todos firmados y dedicados al joven poeta Bunker, como me llamaba. Siempre me dijo que le gustaba mi curiosidad por la literatura, mis ganas de aprender y leer todo lo que encontrara a mi paso. De cierta manera fue un profesor para mí, me enseñó de literatura nortina y mirar desde otro prisma a aquellos autores viejos ?Sabella, Bahamonde, Serge? que en mi afán de escritor novel venía a criticar como próceres de Antofagasta. La consigna de que hay que matar a los dioses, Gaytán me la corrigió. Era un hombre sabio, polémico y consecuente con sus ideas. Nos escribíamos mails sobre teorías literarias y escritores. Me aconsejaba sobre el camino a seguir y estuve ahí cuando un infarto dio el gran susto. Luego me fui, muy lejos, pero cada vez que regresaba a Antofagasta, lo visitaba. Tuve la suerte incluso de presentar en su compañía y con Osvaldo Maya el libro del Pope Julio. Qué honor estar junto a esos dos cracks, nuestros Borges y Bioy nortinos. Todo fue gracias a Don Gabriel Amengual y conservo ese recuerdo con mucho cariño, el estar en el estrado junto a ellos y la cena que vino después en casa de Sergio, sin saber que esa sería la última vez que compartiríamos de esa manera.

«Hoy falleció Gaytán, hay que recordarlo con vino tinto y poesía», me escribió Carlos Massardo, quien un año después, en plena pandemia, lo secundaría. Hoy están ambos bebiendo vino y hablando de literatura en un lugar al que todos llegaremos a golpearle la puerta al Negro, para que nos reciba igual como siempre lo hizo en su casa de la avenida Ossa.

Ni idea por qué hoy recordé a Gaytán, en este día frío, lloviznado en la Patagonia, horas antes de ir a hacer clases en la ruralidad del Claro, mientras suena el pito de las doce y mi mente viaja a la tierra de mi infancia, a la de mis muertos, Antofagasta; donde tuve la suerte de conocer a Sergio Gaytán Marambio.

Por Bunker- Poeta